Entre los cientos de activistas que llegaron hasta la frontera sur de Estados Unidos, en Texas, hay quienes creen que los migrantes en su país son “gente mala” que les quita los empleos. Por eso están dispuestos a combatir esa “invasión”. Pese a que la convocatoria anunciaba miles de manifestantes en los límites con México, el encuentro de este sábado estuvo lejos de grandes cifras. Pero hubo camaradería, pollo frito, carne asada, música, un bautizo y discursos religiosos. “Pro-Dios, Pro-Armas y Pro-Vida”, se leía en una camiseta a la venta en el evento.