El sueño americano se vio truncado para Policarpo Quintanilla Nieto, un joven hondureño de Quelepa, Las Vegas, Santa Bárbara, que había emigrado en busca de mejores oportunidades para su familia.
El fatídico 8 de marzo, mientras realizaba sus labores en el sector de la construcción en la ciudad de Winfield, Texas, Quintanilla Nieto perdió la vida, sumiendo a su esposa, Ana Muñoz, y a su hija, en un profundo dolor.
La noticia de su fallecimiento se propagó a través de las redes sociales, donde Ana Muñoz compartió su luto con emotivas publicaciones en su cuenta de Facebook.
Entre mensajes de despedida y dolor, Ana expresó la angustia de perder a su esposo, describiendo cómo su mundo se desmoronó con la partida de su amado Policarpo.
“Te extraño mi niño”, “mi amor ¿Por qué tú?” y “Papá cuidará de nosotras” son algunas de las palabras que reflejan el dolor embarga a Ana y su familia en este momento de pérdida.
“Mi mundo ha acabado sin ti...”, escribió en otro post.
Policarpo Quintanilla Nieto, quien había emigrado hace apenas un año en busca del anhelado sueño americano, dejó atrás a una familia desgarrada por la tragedia.
Sin embargo, a pesar del dolor, Ana Muñoz ha encontrado consuelo en el amor compartido y en el regalo más preciado que dejó su esposo: su hija.
La angustia de la familia se vio aliviada en parte cuando la empresa para la que trabajaba Policarpo anunció que cubriría los gastos de repatriación de su cuerpo a Honduras.
Este gesto ha sido recibido con gratitud por parte de la familia Quintanilla Nieto, quienes podrán darle a su ser querido una santa sepultura en su tierra natal, donde descansará en paz para siempre.