Keyli Marina Melgar tenía una meta muy clara: migraría de Honduras para ayudar a sus padres económicamente y que dejaran de padecer tantas necesidades en su natal, Santa Rosa de Copán, pero murió inesperada y extrañamente cuando estaba a punto de cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Aquí los detalles.
La joven tenía 21 años y era una hija ejemplar, según el relato de sus parientes.
“Era una hija muy amorosa conmigo y con su padre”, relató la madre de Keyli sosteniendo una fotografía suya y aferrándola a su pecho, pues todavía no ha podido ver el cuerpo de su hija, quien murió el 17 de mayo en suelo mexicano.
La joven partió de Santa Rosa de Copán, en el occidente de Honduras, hace varios días, con la intención de llegar de manera ilegal a Estados Unidos y conseguir trabajo.
En el camino por Guatemala y México su madre se comunicó con ella y todo parecía marchar bien. Ella cuenta que siempre la tuvo en sus oraciones.
Sin embargo, ese fatídico miércoles, cuando Keyli Marina se encontraba en Piedras Negras, Coahuila, México, esperando la orden de los “coyotes” para poder cruzar a Estados Unidos, se comenzó a sentir mal.
“Me cuenta la otra muchacha (que estaba con Keyli) que a ella le pegó fiebre y mandó a comprar unas pastillas, se las tomó y después le pegó una alergia y le dio un infarto”, narró doña Olga Lara.
De momento se desconoce qué le causó esa extraña reacción, pues los parientes de la joven no han podido viajar a México para hablar con los forenses a cargo de su autopsia, debido a la falta de dinero y de documentos.
Es por eso que piden a las autoridades hondureñas que les ayuden para repatriarla o para gestionar un permiso humanitario para sus padres.
“Mi hija llevaba sueños, le decía a su papá que no se preocupara, que ella y su hermano le iban a ayudar para que trabajara propio y no anduviera de mozo, era una hija muy amorosa conmigo y con su padre”, recordó entre lágrimas la destrozada madre.
"¡Hija, Dios te guarde!”, fueron las últimas palabras que le dijo doña Olga a su hija luego de abrazarla y besarla el día que decidió emprender la peligrosa ruta.
“Pero yo no sabía que era el último abrazo que le iba a dar a mi hija”, contó la mujer con voz entrecortada.
Olga asegura que incluso oró mucho para que si el camino se ponía peligroso o algo malo le podía pasar a Keyli, mejor fuese deportada, antes que sufrir algo malo lejos de casa.
“Es un dolor muy duro, yo le decía a Dios: ‘Padre, que se haga tu voluntad con mi hija, si no es tu voluntad (que llegue) regrésamela, pero ella se fue con sus manos y pies buenos y ahora me va a regresar en un ataúd”, lamentó.
La familia Melgar Lara espera poder tener pronto consigo el cuerpo de la joven catracha y poder darle sepultura en Santa Rosa de Copán, rodeada de sus seres queridos.
En las redes sociales muchas personas han lamentado lo ocurrido y la recuerdan como una chica dinámica, amable y muy honrada.