Todos llevaban escondida en un bolsillo interno del equipaje de mano una carta de cuatro páginas, escritas a mano, en árabe, que pintaba las intenciones físicas y espirituales de su dueño. La carta estaba dividida en tres secciones con instrucciones, y exhortaciones, sobre el martirio y los asesinatos en masa. Abarcaba desde al arreglo personal hasta las tácticas de batalla e incluía para los mártires la certeza de la vida eterna en compañía de “ninfas”. Después de las invocaciones formales, “en nombre de Alá, el compasivo, el misericordioso”, la primera sección, titulada “La última noche”, aconsejaba:
“Abrace la voluntad de morir y de renovar su lealtad”.
“Aféitese el vello corporal extra y use colonia”.
“Rece”.
“Familiarícese bien con el plan en todos los aspectos y anticipe las reacciones y la resistencia del enemigo”.
“Lea Al-Tawabh (Arrepentimiento en el Corán), y reflexione sobre su significado y sobre lo que Alá ha preparado para los creyentes y los mártires en el Paraíso.”
“Examine su arma antes de partir y, como le fue dicho, cada uno de ustedes debe afilar su hoja, salir y llevar a cabo su sacrificio”.