Los pobladores de San Juancito han formado una poza en el río que cruza en el centro de la aldea, grandes y pequeños se refrescan en esta agua que baja de la montaña.
Esta aldea del Distrito Central está llena de atractivos que pueden disfrutar sus visitantes, a esto se le suma el trato amable que brindan sus pobladores.
Este mural recuerda la historia de la aldea minera, donde se tenía un gran potencial económico por lo materiales que extraían del corazón de la montaña.
En forma de recuerdo se tienen expuestos las herramientas que usaban para sustraer los materiales de las minas.
Al ser una zona montañosa se respira mucho aire fresco, a pesar de las altas temperaturas.
Las autoridades de la Alcaldía Municipal crearon un pasaje de sombrillas que todas las noches es iluminado.
Las gradas llevan a un mirador donde se puede observar toda la aldea.
Este pasillo se ha convertido en el lugar favorito de los vecinos y de los turistas.
En la parte más alta de la zona, hay espacios donde es húmedo por la cantidad de arboles.
Este joven se lanzó desde la parte alta del puente hacía el río.
Los más valientes se animan a realizar clavados desde varios metros de altura, en el río que cruza la zona.
En la poza se disfruta al máximo en este verano. El agua es fresca y muy limpia.
Varios accesos a la zona han sido recuperados con la construcción de huellas vehiculares.
En el lugar hay restaurantes y cafés donde las personas pueden pasar agradables momentos.
Muy agradables son los momentos que disfrutan los jóvenes en la zona.
En San Juancito funcionó el primer edifico de la Embajada de los Estados Unidos.
Esta es la parte alta de la aldea, donde se guarda muchas historias de la zona minera.