TEGUCIGALPA, HONDURAS.- un parteaguas en la historia política de Honduras calificó el analista Raúl Pineda la detención del expresidente Juan Orlando Hernández (JOH). EL HERALDO conversó con el también abogado sobre el futuro del país a partir de este proceso ante la justicia que enfrenta el exmandatario.
A consideración de Pineda, estos últimos eventos han demostrado que el modelo presidencialista ha sido muy frágil y que para un futuro este modelo quedará debilitado.
“Recordemos que el presidente Hernández es el primer presidente latinoamericano que va a enfrentar a los fiscales de Estados Unidos y que de aquí en adelante todos tendrán que reflexionar sobre sus acciones y aquellos presidentes todopoderosos, omnipresentes, dotados de la idea de que todo debe girar alrededor de sus personas, deben ceder a una presidencia más democrática y seguramente menos abusiva”, afirmó.
Consideró que el expresidente Hernández es un producto de la sociedad y que muchos se sorprendieron de su transformación al llegar a la Presidencia, de su apego al dinero y tendencia de abuso de la autoridad y de la tendencia a centralizar el poder. “El ejercicio de la autoridad lo dio a conocer cómo era”, sentenció.
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Futuro de país
Para el analista político, determinar un escenario a futuro para Honduras es difícil, sin embargo, se cuestiona sobre si la clase política aprendió una lección. También se interroga sobre si la población también aprendió sobre este suceso, pues también quemaron incienso en los altares del poder y se tuvo una actitud muy permisiva y perezosa. Las respuestas a estas interrogantes solo el tiempo las podrá contestar.
“El que crea que Juan Hernández es el último dignatario de Honduras que va a pasar por una experiencia que va a marcar su vida, está muy equivocado”. El futuro del país depende de la conducción del grupo político que lo maneje, como puede ser muy bueno en favor del pueblo hondureño, también puede ser manejado con una visión de 1992, época en la que desapareció la Unión Soviética.
“Ellos ( el gobierno) tienen que estar bien informados, tienen que estar conscientes de que Honduras no es Cuba ni Venezuela, pero puede convertirse en Cuba o Venezuela si no se actúa en favor de los intereses de la población hondureña”, recomendó. Asimismo expuso que el país puede enfrentar grandes riesgos si su conducción no está en manos de gente honrada y patriota.“Si algún consejo se puede dar al gobierno de la República es que no roben y en la medida de lo posible no dejen que otros roben y con ello tendrían un respiro económico”.
El grupo que gobierna puede desarrollar una agenda de apertura o bien una populista, enfocada al próximo triunfo electoral y llevarnos a un verdadero conflicto, pero se debe evitar la polarización y tensión.
En cuanto a organismos como el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia, aseguró que tales sistemas ya dieron lo que tenían que dar, pues pudieron hacer muchas cosas hace más de siete años, pero no las hicieron por ser “obedientes y muchas veces corruptos”, por lo que no se debe fortalecer sino cambiarla, recomendó el experto.
Entre las lecciones como país que deja esta situación afirmó que “no hay que perderse, que a veces los pueblos se equivocan y que los bienes del Estado no son del presidente”.
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Relaciones con EE UU
En cuanto a las relaciones con el actual gobierno, el también jurista sostuvo a este rotativo que las relaciones con los Estados Unidos serán bajo las mismas relaciones del que tiene poder y tiene menos poder. La mismas del que ayuda y del que tiene las manos extendidas. “Pensar que va a haber una relación de igual a igual entre el modesto país que se llama Honduras y su gobierno con la potencia más poderosa del mundo es estar equivocado, es una realidad que se tiene que aceptar y seguramente sacarle provecho.
Los norteamericanos en su proyecto de afianzar su liderazgo en Centroamérica quiere ayudar mucho a Honduras, pero ayudar condicionada a que Honduras mantenga una línea política afín a los Estados Unidos”, aseguró. Además afirmó que si se pretende tener un espacio de inversión con el país del norte , pero también se pretende pensar en el Socialismo del Siglo XXI es excluir una cosa de la otra.
El gobierno de los Estados Unidos es claro en su mensaje, no está dispuesto a tolerar ni actos delictivos ni actos de corrupción que afecten a los norteamericanos y tampoco van a tolerar desviaciones ideológicas en un país que es con el único que cuentan políticamente hablando al 100% como Honduras, según la lectura de Pineda.
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