TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, instó a la coordinadora residente de Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, a mantener una “prudencia diplomática” luego de que esta expresara su preocupación por la construcción de una cárcel de máxima seguridad en las Islas del Cisne, situadas en el Caribe hondureño.
La respuesta de Reina se produjo después de que Shackelford criticara la decisión del gobierno hondureño de construir más prisiones, argumentando que se debería enfocar más en la prevención del delito.
“Parece que la señora Shackelford no ha vivido, ni conoce la realidad de Honduras producto de la narcodictadura”, afirmó Reina en la red social X, destacando la necesidad de medidas firmes en un país donde, según él, el crimen se ha entronizado durante doce años bajo el gobierno del expresidente Juan Orlando Hernández.
El canciller subrayó que la prudencia diplomática sería más adecuada en lugar de alimentar las voces que se oponen a los esfuerzos de la presidenta Xiomara Castro por desmantelar las estructuras delictivas que han dañado al país.
“Nunca les importó el medio ambiente a muchos cuando se privatizaron las cuencas de los ríos. No se puede pecar de ingenuidad cuando lo que se juega en el país es un esfuerzo titánico por desmontar esas estructuras”, enfatizó Reina.
Críticas
La controversia se inició cuando Shackelford manifestó su preocupación por el impacto ambiental y la efectividad de construir más cárceles en lugar de invertir en prevención del delito.
Diversos sectores, incluidos biólogos, ambientalistas y defensores de derechos humanos, han expresado su desacuerdo con la iniciativa del gobierno, argumentando que la construcción de la cárcel causaría un severo daño ambiental a las Islas del Cisne, situadas a 250 kilómetros de la tierra firme.
La cárcel en las Islas del Cisne estará destinada a albergar a unos 2,000 presos considerados de alta peligrosidad.
Además, el gobierno hondureño anunció en junio la construcción de otra prisión para 20,000 personas en una zona remota entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios, cerca de la frontera con Nicaragua.
El secretario de Recursos Naturales y Ambiente, Lucky Medina, defendió la construcción de las cárceles como una medida de seguridad necesaria para recluir a individuos vinculados al crimen organizado.
Medina cuestionó a los opositores a la cárcel, sugiriendo que algunos de ellos fueron aliados de la “narcodictadura” del expresidente Hernández, quien fue condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión por narcotráfico.