NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Los principales socios y colaboradores de Juan Antonio “Tony” Hernández están en la lista de espera de la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA).
En la sección de “co-conspiradores de ‘Tony’ Hernandez”, la DEA deja bien claro quiénes son los hombres cercanos al sentenciado hermano del presidente Juan Orlando Hernández y qué ha pasado con cada uno de ellos.
La DEA lamenta en el escrito que “el gobierno de Honduras no ha extraditado a Cálix Hernández, Bonilla Valladares ni a Urbina Soto”.
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¿Quiénes son estos actores que la administración estadounidense reclama con ahínco para seguir escudriñando en las mafias que controlan el tráfico de drogas en Honduras?
Según reportes de la DEA, Mario José Cálix Hernández es el exvicealcalde de Gracias, Lempira. Los delitos que se le imputan son conspiración para la importación de droga y obtención de armas de grueso calibre para su tráfico. La solicitud de extradición ya fue emitida por la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Estados Unidos.
Este es uno de los hombres claves para seguir el proceso de investigación en contra de todos los involucrados en las actividades que desarrolló “Tony” Hernández, pero extrañamente no se ha ejecutado su extradición.
El segundo en la lista de la DEA es Juan Carlos “El Tigre” Bonilla Valladares, exdirector de la Policía Nacional de Honduras.
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La Corte Federal de Manhattan lo acusa de conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos y delitos relacionados con armas que implican el uso y posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos.
Según el expediente de la DEA, “El Tigre” Bonilla, exjefe de la Policía Nacional hondureña, presuntamente abusó de sus cargos en la aplicación de la ley para desempeñar un papel clave en una violenta conspiración internacional de tráfico de drogas, afirmó el fiscal federal Geoffrey S. Berman del Distrito Sur de Nueva York.
Bonilla Valladares supervisó el transbordo de cargas de cocaína de varias toneladas con destino a los Estados Unidos, utilizó ametralladoras y otras armas para lograrlo y participó en actos de violencia extrema.
Entre estos actos estuvo el asesinato de un traficante rival para promover la conspiración.
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Aproximadamente entre 2003 y 2020, varias organizaciones de tráfico de drogas en Honduras y en otros lugares trabajaron juntas, y con el apoyo de ciertas personas públicas y privadas prominentes, incluidos políticos hondureños y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Estos recibían cargas de varias toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde, entre otros lugares, Colombia y Venezuela a través de rutas aéreas y marítimas, y para transportar las drogas hacia el oeste en Honduras hacia la frontera con Guatemala y eventualmente a Estados Unidos.
La DEA indica que Bonilla Valladares, en coordinación con Juan Orlando Hernández Alvarado y otros, también proporcionó a los miembros de su conspiración información confidencial de las fuerzas del orden para facilitar los envíos de cocaína, incluida información sobre operaciones de interdicción aérea y marítima.
Hasta el momento, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Honduras no ha confirmado si hay orden de extradición para “El Tigre” Bonilla.
Al otro que espera la DEA es al exalcalde de Yoro, Arnaldo Urbina Soto, muy ligado a “Tony” Hernández según sus investigaciones.
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Urbina Soto tiene orden de extradición, pero para evitar ser enviado a Estados Unidos se le siguió un proceso en Honduras por el delito de lavado de activos donde se le dictaron 16 años de prisión.
Urbina Soto fue detenido el 27 de julio de 2014 por suponerlo responsable de narcotráfico, pero en Honduras fue absuelto por este delito.
Según la resolución del juez, Urbina Soto será extraditado una vez que cumpla su condena en Honduras.
El 8 de agosto de 2019, Héctor Fernández Rosa, mejor conocido como “Don H”, fue sentenciado a cadena perpetua por, entre otras cosas, su participación en la conspiración de importación de cocaína de “Tony” Hernández y por cometer 18 asesinatos.
Entre los otros co-conspiradores de “Tony” Hernández está incluido Mauricio Hernández Pineda, primo de los hermanos Hernández, y exoficial de la Policía Nacional. También están acusados Carlos Fernando Urbina Soto y Miguel Ángel Urbina Soto, por delitos de posesión y uso de armas de fuego y tráfico de drogas.
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