Tegucigalpa, Honduras.- Los desastres naturales se han convertido en una amenaza constante para los hondureños.
En los últimos años el país ha enfrentado la intensificación de estos fenómenos climáticos, que además de dejar daños materiales y la pérdida de vidas humanas, también generan incremento en el desplazamiento interno y la inseguridad alimentaria.
El paso de la tormenta tropical Sara por el territorio dejó más de 200,000 personas afectadas, de las cuales muchas perdieron sus hogares, sus empleos o sus cosechas, por lo que se verán obligadas a desplazarse a otra zonas del país para asegurar su subsistencia.
El Informe Global sobre Desplazamiento Interno 2024 elaborado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC) del Consejo Noruego para Refugiados posicionó a Honduras como el quinto país de América con el mayor número de desplazados internos a finales del 2023.
Con un total de 101,000 hondureños desplazados, el país esta por debajo de Guatemala, Haití, México y Colombia.
De esos, unas 5,800 personas fueron desplazadas por los desastres naturales, entre ellos inundaciones, sequías, tormentas, incendios forestales, entre otros. El resto de desplazados en el país se deben a causas como la violencia y los conflictos sociales.
EL informe del 2023, indica que para finales del 2022 en Honduras unas 3,900 personas habían sido desplazadas por los eventos naturales o cambio climático.
La constante amenaza de desastres naturales genera una crisis de desplazamiento interno que cada años se vuelve más grande.
Kathryn Lo, jefa de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), señaló que los desastres naturales afectan principalmente a aquellas comunidades ubicadas en áreas de alto riesgo de desastres, que a su vez, son controladas por grupos de crimen organizado, reflexionó.
Lamentó que dichas comunidades no solo sufren violencia, sino que también son extremadamente vulnerables a desastres como inundaciones y deslizamientos de tierra.
Apuntó que los impactos del cambio climático son actuales y requieren políticas que respondan no solo a la emergencia sino a los impactos de mediano plazo.
Con ese objetivo de abordar la prevención, la protección y la atención del desplazamiento interno causado por el cambio climático, entidades estatales, junto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) iniciaron el proceso de construcción de la Política Pública para la Gestión del Desplazamiento por Cambio Climático y Desastres en el Contexto de Protección Social en Honduras.
Inseguridad alimentaria
El desplazamiento forzado no es el único reto que enfrentan las familias hondureñas tras un desastre natural.
La inseguridad alimentaria es otro fenómeno que se ha incrementado por las condiciones climáticas extremas.
En muchas ocasiones, las cosechas son destruidas por inundaciones, sequías o vientos huracanados, lo que interrumpe el acceso a alimentos frescos y nutritivos.
El paso de Sara por el país provocó pérdidas de 8,000 millones de lempiras en el sector agrícola, según datos preliminares de la Federación Nacional de Ganadero de Honduras (Fenagh).
José Chacón, director de la Fenagh estimó que la tormenta Sara dejará un fuerte golpe a la producción de grano básico, de leche y de ganado.
“La naturaleza nos ha pasado factura en este último mes trayéndonos una cantidad de dificultades en la parte productiva y de infraestructura como la caída de puentes o carreteras rotas”, declaró Chacón.
Vaticinó que las pérdidas en la cosecha de granos básicos serían de 30% a nivel nacional.
Son cerca de 1,700 manzanas de maíz que se perdieron, según un recuento preliminar de los productores organizados; mientras, los campesinos independientes proyectan unas 500 manzanas totalmente estropeadas.
“La seguridad alimentaria familiar y comercial está en enorme riesgo”, afirmó Ismael Espinal, directivo de la organización Prograno de la zona de Olancho.
Actualmente en el país hay 1.8 millones de personas que padecen de inseguridad alimentaria; sin embargo, con los desastres naturales la cifra se podría incrementar.
“Urgimos mitigar los daños a la mayor brevedad, que se diseñen estrategias que nos permitan no vivir eventualidades como la actual”, comentó el productor.
Espinal dijo que se requiere un centro de almacenamiento de granos para que el producto maduro no se pierda.