TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Dedicaron ocho años de sus vidas a estudiar la carrera de Medicina con esfuerzo y sacrificio, y otros cursaron tres años más para la especialidad.
Los años de desvelo en extensos turnos en hospitales y su trayectoria donde salvaron decenas de vidas se esfumaron en siete meses de pandemia de covid-19.
El virus terminó con la vida de 50 médicos hondureños que estaban en la primera línea de batalla. Y por el alto nivel de exposición al coronavirus al que estaban sometidos debido la labor que desempeñaban antes de fallecer, tuvieron que estar alejados de sus familiares para no contagiarlos, algunos se fueron y no pudieron despedirse.
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En la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, EL HERALDO rinde homenaje a los guerreros que ofrendaron su vida en las salas de los hospitales públicos y privados, donde lucharon por recuperar a los afectados por el virus.
Estos 50 galenos pasaron a ser pacientes, incluso en las mismas salas donde atendían, donde dieron su último aliento. La llegada de la pandemia puso más presión a los galenos, donde a diario se exponen a enfermarse en los hospitales, centros de salud, clínicas y triajes.
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Honduras carece de médicos especialistas y con sus muertes el déficit aumentó, ha sido el gremio más golpeado.
En San Pedro Sula, Cortés, han fallecido 21 galenos y en el Distrito Central, Francisco Morazán, han sido 20 a causa de complicaciones de la enfermedad viral. Ambas ciudades han sido el epicentro de la pandemia desde el pasado 11 de marzo cuando se confirmaron los primeros dos casos positivos.
Dolor y consternación
Los otros ocho galenos hondureños fallecieron en Comayagua, El Paraíso, Valle, Colón y Santa Bárbara. A su vez, el reconocido doctor Américo Reyes falleció en abril en Estados Unidos y Javier Rolando Machado en julio en México. Fueron 50 carreras exitosas que se apagaron por esa enfermedad, de la cual todavía no hay un tratamiento definido y tampoco una vacuna aprobada.
Las autoridades del Colegio Médico de Honduras (CMH) lamentan la pérdida irreparable de sus colegas.
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“Esos guerreros y guerreras de batas blancas vivirán siempre en nuestro recuerdo”, manifestó la presidenta del CMH, Suyapa Figueroa.
En el área verde de las instalaciones de la organización gremial se puede observar un homenaje gráfico para los médicos que cayeron en batalla.
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“Nos sentimos profundamente consternados, dolidos y hasta cierto punto traicionados porque somos una organización gremial, científica y técnicamente formada para afrontar este tipo de situaciones y en ningún momento las autoridades del país han escuchado las opiniones del Colegio Médico y creemos que esas decisiones equivocadas llevaron a la muerte a nuestros compañeros”, aseguró Samuel Santos, vicepresidente del CMH. Añadió que sus colegas no son héroes sino víctimas del sistema, no se les dotó de forma adecuada del equipo de protección personal e insumos de bioseguridad.
