Honduras

'El Rojo” y Wilter, eslabones perdidos del narcotráfico en Honduras

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30.10.2016

Tegucigalpa, Honduras
El guatemalteco-hondureño identificado como Víctor Manuel Villela, más conocido como “el Rojo”, y Wilter Neptaly Blanco Ruiz son considerados los eslabones perdidos que las unidades antinarcóticos buscan para desbaratar una megaestructura que administra el narcotráfico y delitos conexos en Honduras.

Los agentes antidrogas consideran que el arresto de estos dos supuestos capos de la droga y sus declaraciones terminarán de destapar, en Estados Unidos, la caja de Pandora, en la cual seguramente no se encontrará un tesoro oculto.

Estos dos acabarán de embarrar a muchos miembros de la élite política, empresarios, militares, policías, jueces, exmagistrados y fiscales, más de lo que ya hicieron los hondureños extraditados que guardan prisión en cárceles estadounidenses.

La idea es llegar a la cabeza para derrumbar el enclave actual de las drogas. En este trabajo, la investigación y la conformación de los expedientes tienen su propia dinámica jurídica y se avanza paso a paso, dijo uno de los detectives de una de las unidades destinada a la lucha contra el tráfico de drogas.

Asimismo, documentos y entrevistas revelan cómo el narcotráfico y el crimen organizado, desde hace más de una década, ha venido penetrando a los operadores de justicia, a los militares y a una codiciosa clase política.

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En este vehículo se encontraron 320 kilos de droga que era trasladada de Colón a El Espíritu, Copán.

Es impresionante cómo las versiones de los agentes antinarcóticos y los reportes vinculan a una veintena de políticos, diputados, ministros, gobernadores, jueces, policías, militares, fiscales y exmagistrados en una poderosa red de tráfico de drogas que cubre los cuatro puntos cardinales del país, con unas regiones más influenciadas que otras.

Un informe de inteligencia policial de mayo de 2010 describe cómo Wilter Blanco pagaba celebraciones que montaba la Policía en La Ceiba. Fiestas a la cuales acudían oficiales de la cúpula policial, jueces y fiscales. En esos momentos de parranda el capo aprovechaba a descargar y embarcar la droga utilizando a sus operarios.

Igualmente, otros informes militares, de diferentes años, detallan la infiltración del narcotráfico y los narcopolíticos en las filas castrenses.

Días atrás, miembros de la junta de comandantes, muy preocupados porque salgan a la luz pública las cosas oscuras que hay en las Fuerzas Armadas, se reunieron no para planificar una limpieza de la entidad, sino para buscar al responsable de “filtrar” información a la prensa, partiendo de un informe que fue enviado a la Inspectoría de esa institución en septiembre de 2014, donde un oficial habla sobre el pago que un narco le propuso para salirse de un sector de La Mosquitia, lo que no aceptó, pero extrañamente a las pocas horas recibió una orden superior de retirarse del lugar y luego muchas narcoavionetas cayeron.

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Conexiones
Las investigaciones de los agentes antinarcóticos establecen que Wilter Blanco y “el Rojo” están fuertemente conectados. En los últimos años Wilter Blanco extendió sus operaciones a occidente y “el Rojo” siempre sigue presente en el litoral atlántico. Estos dos barones de la droga, junto a los que integran el cartel de AA y otros que están surgiendo, responden a una megaestructura que dirige el narcotráfico y el lavado de activos en el país.

Estas personas buscadas por la justicia -aunque “el Rojo” nunca ha tenido orden de captura- son amos y señores, manejan embarcaderos en el atlántico y aeródromos en occidente.

Estos dos personajes, junto a otros que están ahí escondidos y los nuevos que vienen surgiendo, responden a una megaestructura a la que tienen que pagar extorsión para poder operar. O sea que deben cuadrar al más alto nivel.

Este gran cartel, que es una megaestructura poderosísima, es el que hace “los cuadres y corona, incluso manejando las cargas desde América del Sur”.

En el lenguaje criminal de los narcos cuadrar es tener todo listo: pagos a todos, logística, autorización de autoridades militares, jueces, fiscales, policías... y coronar es un indicativo de que llegó la carga sin problemas.

“Mire, (este grupo élite en el tráfico de drogas) tiene gran capacidad de gestión pública, política y de seguridad, incluso se le investiga la tenencia de aviones comerciales”, relató la fuente.

Poderosa pistola decomisada a los Valle. Las puntas de las balas eran de color azul.

Según la información proporcionada a EL HERALDO, a mediados del año pasado un integrante de esta megaestructura amenazó a Fredy Mármol. Le pidió una cuota extorsiva de 1.2 millones de dólares para dejarlo trabajar. “Entonces Mármol le dijo que no, que estaba con proceso judicial y sus bienes habían sido incautados”, y la contrarrespuesta fue: “entonces preparate, te vamos a dar v...”.

Asimismo, un agente antinarcóticos que entrevistó a un informante de la DEA, días antes de que este fuera asesinado en Santa Cruz de Yojoa en diciembre de 2015, relató que el desafortunado le detalló cómo se conforma la megaestructura del narcotráfico en Honduras, quiénes la lideran y cómo operan.

Recuerdo que él me dijo: “Cuando la mafia obtiene la gobernabilidad se convierte en un peligro infernal puesto que une el poder legal y el poder ilícito, mediante las armas de uno y otro bando”, describió el agente.

Los oficiales antinarcóticos están convencidos de que a través de Wilter Blanco y “el Rojo” llegarán a todos los integrantes de la megaestructura que coordina el tráfico de drogas, el lavado de activos y otros delitos conexos en Honduras.

Ellos tienen claro que en la lucha contra los estupefacientes la situación no es nada fácil y más cuando en el país no hay instancia que pueda abordar el tema, porque existe una articulación para proteger a los narcotraficantes.

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“El Rojo”
De acuerdo con los informes, Víctor Manuel Villela es honduro-chapín y figuraba como el segundo de Héctor Emilio Fernández, más conocido como “Don H”. Según informes, “el Rojo” terminó haciéndole unos tumbos de unas cargas de drogas a “don H”, lo cual hizo romper la amistad y entrar en una relación de muerte.

El mismo “don H” le contó a un agente antinarcóticos que su protector -un político- y “el Rojo” le quitaron unos bienes y le hurtaron 680,000 dólares.

Las investigaciones señalan que “el Rojo” maneja al dedillo el litoral atlántico, así como también domina a plenitud Guatemala.

De acuerdo con los perseguidores, “el Rojo” “es especialista en camuflarse, usa uniformes de los militares, de policías de Honduras y Guatemala, sabe la disciplina que hay en esos cuerpos, y los utiliza para pasar retenes, evadir cercos o identificarse como si tratase de una operación de la institución militar”.

Desde hace unos 15 años ha vivido en total impunidad y protegido a ultranza en occidente. Escaló desde soldado hasta la posición que tiene ahora. A él se le responsabiliza del ataque a una camioneta en el que viajaban supuestamente agentes de la DEA. Este hecho ocurrió en San Pedro Sula a finales de septiembre de este año.

Alguna droga que ingresa al país rumbo a Estados Unidos ya viene con su respectivo sello HH.

Wilter
De Wilter Blanco, las investigaciones lo describen como uno de “los toros” de La Mosquitia, junto con Fredy Mármol y Marcos Elvir, todos protegidos por políticos, militares, policías, jueces y fiscales.

Debido a la persecución, Wilter ha perdido un poco de fuerza, siendo reemplazado en la zona por el cartel que dirige el hermano de un político que tiene narcopistas, buena logística y es capaz de pagar para que sus cargas no sean detectadas por el radar militar y para no ser perseguido por los navales, dicen los investigadores.

El que lejos de ser perseguidos, los capos más bien sean protegidos deja un impacto fuerte en la vida de los hondureños.

“Es que en la medida en que se degrada el Estado de derecho, la institucionalidad, las mafias acrecentan su poder público y allí es cuando hasta los más grandes empresarios y líderes peligran. De aquí en adelante solo queda la esperanza en Dios”, reflexionó uno de los oficiales antidrogas