TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Casi un centenar de denuncias se han interpuesto contra médicos y hospitales por mala praxis o negligencia en procedimientos quirúrgicos.
Estas denuncias las recibe la Fiscalía Especial de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP), que investiga los presuntos homicidios culposos y lesiones culposas.
Lorena Cálix, portavoz del MP, informó que son 96 las denuncias que se han presentado solo en Tegucigalpa contra profesionales de la medicina y establecimientos sanitarios. Entre esas denuncias hay daños sufridos por personas y también muertes de pacientes. El papel de la Dirección de Medicina Forense es clave, porque con la autopsias realizadas se determinan las verdaderas causas de muerte de los pacientes. Cálix manifestó que se han denunciado galenos tanto del sector público como del privado.
La semana pasada, una joven de 20 años falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Especialidades del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
La tragedia ocurrió cuatro días después de que ella dio a luz a una hermosa bebé en ese mismo hospital. Los familiares de la fallecida denunciaron ante el MP que los médicos que la atendieron le dejaron restos de placenta, lo que le provocó una infección total y la muerte.
Las autoridades médicas del IHSS descartan ese extremo y aseguran que el útero de Karla Ramírez estaba limpio.
La Fiscalía sigue una investigación del caso y están a la espera del resultado del informe de la autopsia hecho por Medicina Forense. Por su parte, el vicepresidente del Colegio Médico de Honduras (CMH), Samuel Santos, afirmó que ningún médico tiene la intención de dañar a ningún paciente ni provocarle la muerte. Sin embargo, cuestionó las malas condiciones en que operan los hospitales del país sin los insumos necesarios.
El galeno indicó que todos los hospitales están trabajando con negligencia porque no tienen los estándares internacionales de calidad para funcionar y los médicos se ven obligados a trabajar con las uñas. A su vez, dijo que los médicos se arriesgan a atender a los pacientes sin equipos y medicamentos con el fin de salvarles la vida.
