Tegucigalpa, Honduras.- Jesús Vásquez, hijo del exjefe del Estado Mayor Conjunto, Romeo Vásquez Velásquez, culpó al expresidente Manuel Zelaya Rosales de la muerte de Isy Obed Murillo, ocurrida durante uno de los intentos del exmandatario de retornar al país luego del golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
El 5 de julio, en el aeropuerto Toncontín, ubicado en la capital hondureña, seguidores del presidente depuesto de Honduras, (2006-2009) esperaban su anunciado regreso al país desde Nicaragua.
Manifestantes se encontraban en las afueras de manera pacífica, cuando, según el Ministerio Público en su requerimiento, elementos de las Fuerzas Armadas actuaron de manera “desproporcionada” y dispararon a los protestantes con fusiles M16 de “manera indiscriminada”. Ese día murió Isy Obed Murillo.
Lo anterior es responsabilidad de Zelaya, según el hijo del general en condición de retiro, quien fue capturado el domingo 5 de enero de 2024 acusado por este hecho; según el hijo de Romeo Vásquez, “la familia (de Isy Obed) merece justicia, pero una de verdad, no parcializada. El único culpable de todo este relajo y la muerte de su hijo (dijo en referencia a la madre de Isy Obed) se llama Manuel Zelaya Rosales”.
Alegó que tiene “el valor moral para hablarle a la familia (de Isy) y decirle que nosotros no tenemos nada que ver. Les vamos a demostrar con pruebas cuáles son los verdaderos hechos, porque merecen justicia”.
El mismo pensamiento tiene su hermana y también hija de Romeo, María Fernanda Vásquez, quien defendió a su padre asegurando que Zelaya fue culpable, pues “aunque ‘Mel’ sabía que no podía regresar al país, permitió que los simpatizantes llegaran a recibirlo”.
Detención
El subjefe del Estado Mayor Conjunto, Venancio Cervantes, y el excomandante del Comando Conjunto de Operaciones, Carlos Puerto, también están detenidos junto a Vásquez.
Los tres estarán recluidos en la Penitenciaría Nacional en Támara, 27 km al noroeste de Tegucigalpa, hasta el próximo 10 de enero, cuando se programó la primera audiencia del juicio, indicaron las autoridades.
Los exmilitares fueron aprehendidos por un fuerte contingente policial la mañana del domingo en Tegucigalpa y La Paz (oeste) y llevados a un juzgado capitalino, donde por horas se les tomó declaración como imputados “por suponerlos responsables de los delitos de homicidio y lesiones graves”.