LA PAZ, HONDURAS.- Hace un mes los pobladores de La Paz vieron partir a una maestra jubilada que educó a decenas de generaciones.
Con 103 años de edad, estaba lúcida y no tenía ninguna enfermedad de base, se alimentaba de forma saludable y era muy independiente.
Pese a que sus hijos y nietos la cuidaron mucho del coronavirus porque no la dejaban salir de casa, al menor descuido ese virus llegó a ella.
Se trata de Nohemy Castillo de Valenzuela, quien perdió la vida el pasado 24 de julio a las 11:30 de la mañana por un paro respiratorio a causa de la neumonía que causa el covid-19. Más de un siglo de fortaleza, sabiduría y trayectoria se esfumaron en 10 días.
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Ese fue el tiempo que la enfermedad dañó su organismo, ocho días fue como una enfermedad leve y dos días antes de fallecer la condición fue crítica.
Se quedó dormida en su cama, su rostro reflejaba que se había ido con Dios en santa paz.
El médico Renato Valenzuela, uno de sus ocho hijos que tuvo, lamentó su partida y dijo que una semana antes ella estaba muy activa.
“Es duro perderla, si no hubiera sido por ese virus mi madre hubiera durado unos cuantos años más, porque era una persona sana y con el deseo de vivir”, comentó su hijo.
Trayectoria
La señora Nohemy es un ejemplo para las generaciones actuales que dedicó su vida a la enseñanza.
Ella nació el 12 de octubre de 1916 en la ciudad de La Paz, donde cursó su primaria. Luego sus padres la enviaron a estudiar a la capital, la matricularon en la Escuela Normal de Señoritas de Comayagüela, donde se formó.
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Regresó a su tierra y se casó en 1939 con Adolfo Valenzuela, quien fue alcalde de la ciudad.
Ella impartió clases durante 35 años y se jubiló y luego siguió aportando sus conocimientos a la comunidad.