TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A pesar de los esfuerzos de las autoridades aún persiste un gran número de personas en el país, especialmente menores, que sufren de desnutrición a causa de la inseguridad alimentaria.
De acuerdo al último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en Honduras cerca de 5.9 millones de personas padecen de inseguridad alimentaria grave o moderado.
El documento denominado El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo indica que el 56.1% de la población total en Honduras tiene problemas para acceder o comprar alimentos suficientes o alimentos nutritivos.
Lamentablemente, el problema ha ido incrementando cada año, pues de acuerdo al mismo informe de 2022 el porcentaje alcanzaba el 49.9%.
Aunque más de la mitad de la población tiene problemas para comprar o acceder a alimentos, el informe revela que cerca del 18,7% (1,9 millones) de los hondureños están subalimentados.
La FAO establece la subalimentación como la incapacidad de las personas para consumir alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de energía alimentaria.
La falta de ingerir alimentos saludables ha ocasionado que 1.9% hondureños menores de cinco años padezcan de bajo peso, el 4.7% tengan sobrepeso y el 17.5% sufra de retraso del crecimiento.
Datos por departamentos
De acuerdo a los últimos datos que recabó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) señalan que en el país al menos tres de cada diez menores de cinco años sufren de desnutrición.
En la “Evaluación de la situación nutricional y de seguridad alimentaria en cuatro regiones priorizadas de Honduras”, el INE alertó que la región de occidente y Gracias a Dios son las zonas donde hay mayores problemas nutricionales.
Entre los hallazgos resaltan que la desnutrición crónica de acuerdo a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS) presenta una situación de gravedad prácticamente “muy alta” en la zona de occidente y alta en Gracias a Dios.
El 30% de los infantes que viven en el occidente del país padecen desnutrición crónica.
Los datos muestran que cerca del 20% de los habitantes de Gracias a Dios pasaron al menos un día sin comer y el 43% restringe el consumo de alimentos de los adultos para que coman los niños pequeños al menos un día a la semana.
El 20.8% de los niños en Gracias a Dios sufre desnutrición crónica, una situación que afecta también al 30 % de los menores en los departamentos de Intibucá, Lempira y la Paz, en el occidente del país, de acuerdo a la encuesta.
En la región sur la desnutrición crónica afecta al 11.5% de los menores de cinco años, y en el Valle de Sula al 10.9%, según las cifras del INE.
El director del INE, Eugenio Sosa, indicó que entre el 2% y 3% de los menores sufre desnutrición aguda grave, una situación que amenaza la supervivencia infantil.
El estudio señala que las prácticas de alimentación complementaria en el país están lejos de ser adecuadas, especialmente la calidad de la dieta, pues al menos la mitad de los niños de 6 a 23 meses consumen un número de grupos de alimentos inferior al esperado.
Mientras que entre 7 y 8,5 de cada 10 menores de 6 a 23 meses consumen bebidas azucaradas, y alrededor de la mitad come alimentos poco saludables, lo que puede contribuir al aumento de casos de sobrepeso y obesidad infantil, advierte el estudio.
Causas
La mala nutrición por deficiencia o exceso de alimentos, especialmente en menores de edad, son en su mayoría causadas por factores como la pobreza, la falta de disponibilidad de los alimentos y la poca educación nutricional de los hondureños que lleva a un mal consumo de alimentos.
La nutricionista Melisa Galeas, señaló que en la zona rural es donde más se da la desnutrición por deficiencia de alimentos.
El poco acceso a los alimentos en la zona rural es producto del cambio climático, que en los últimos años ha prevalecido un clima seco, provocando un efecto negativo en la siembra y cosecha de productos.
La desnutrición por falta de alimentos podría llevar a los menores a crecer siendo poco activos, con sistemas inmunitarios débiles, mientras que el sobrepeso puede causar el desarrollo de enfermedades crónicas en los menores, apuntó la experta.
La nutricionista señaló que es necesario fortalecer los programas comunitarios de seguridad alimentaria y nutricional en el país, enfocándose en el acceso y la disponibilidad de los alimentos, la utilización biológica y el consumo.
“A nivel educativo se deben incorporar la educación nutricional en los centros educativos, promover una cultura saludable; en la parte de salud pública se debe ofrecer el servicio de nutrición que oriente a nuestra población a tener una alimentación más saludable”, recomendó.
Expertos señalan que se requiere de un enfoque multidimensional en el que se involucren diferentes instituciones para abordar el problema y crear estrategias para reducir las cifras de alarma.
Recomendamos aprobar un protocolo nacional de identificación y atención a los niños con desnutrición aguda para hacer una vigilancia y recuperación oportuna, así como promover prácticas de alimentos adecuados.
A través de la merienda escolar, que este año está llegando a 1.2 millones de niños en edad escolar las autoridades gubernamentales esperan reducir los niveles de desnutrición en el país.