Honduras

Llanto y dolor en sepelio de jóvenes ahogados en zona sur de Honduras

Las dos víctimas de la crecida mortal de la poza El Salto fueron sepultadas ayer en sus comunidades

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06.10.2017

Nacaome, Valle
Dicen que después de la tormenta viene la calma, pero en la zona sur no hay quien pueda contener el dolor de los familiares de los dos jóvenes que perecieron ahogados en una poza el jueves anterior.

La tristeza se desbordó en las aldeas El Limón, Nacaome, y en la aldea Llano Grande, Goascorán, departamento de Valle, con el fallecimiento de estos dos muchachos.

Los vecinos de ambas comunidades no terminaban de creer la tragedia. Los restos mortales de Rocío Ramírez Rubí, de 18 años, y de Jason Javier Perdomo fueron velados en sus viviendas, en diferentes aldeas.

En el velorio de Jason, sus familiares lloraban desconsoladamente la pérdida física del muchacho, quien -de acuerdo con vecinos del lugar- tenía un gran futuro por delante.

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Sobre su féretro había un par de arreglos florales y una fotografía en vida de cuando se graduó de secundaria.

Jasón era el sustento de su hogar, desde hace siete meses se había trasladado a la ciudad de San Pedro Sula en busca de un mejor futuro.

Allá fue contratado como operario de una maquila y desde ese momento fue la mayor ayuda para su familia.

El joven aprovechó el feriado morazánico para visitar a su familia y amigos tras varios meses de ausencia.

El jueves, él y sus amigos decidieron visitar la poza El Salto, como lo habían hecho en otras oportunidades.

Pero nadie pensaría que una crecida mortal acabaría con sus sueños e ilusiones.

Su madre, Marlenia García, y sus dos hermanos, Liliana y Walter, lloraron desconsoladamente sobre el féretro la pérdida irreparable del joven.

Al filo de la 1:00 de la tarde, el ataúd de Jason fue cargado por seis hombres y llevado hasta la iglesia de la aldea, para posteriormente ser sepultado en el cementerio.

A unos 20 kilómetros de distancia, en la aldea Llano Grande, fue velada en su casa de habitación la otra víctima de la crecida: la soñadora Rocío.

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La joven cursaba el primer curso de Bachillerato en Humanidades en el colegio Terencio Sierra, de Nacaome.

El dolor en la casa de Rocío era similar y quizás más que en el de la otra víctima, debido a que su madre vive en Estados Unidos y no pudo venir a darle el último adiós a su hija.

Entre la consternación de sus familiares y hermanos, el cuerpo de Rocío fue trasladado a eso de las 3:00 de la tarde hasta el cementerio público de la comunidad, donde ya descansa en paz. Tras ambos sepelios, el ambiente se tornó gris y la lluvia volvió a azotar con mayor fuerza la zona sur.