Las comparaciones son odiosas y mal recibidas, advirtió el Quijote de la Mancha, pero a la larga se vuelven tan inevitables ante la experiencia y los resultados.
Y siendo países vecinos, con problemas de corrupción similares, resulta imposible no comparar la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Mientras la Maccih recién se instala en el país y en los próximos días desarrollará su primera agenda de trabajo en Honduras, la Cicig ha logrado condenas en al menos 20 casos de alto impacto en Guatemala.
Resulta conveninente establecer estas diferencias y semejanzas, puesto que la Misión de Apoyo surgió como una alternativa de una Cici en Honduras, así que está en tela de juicio el alcance y sus resultados.
1-Génesis y apoyo internacional
La Cicig nació como una respuesta a las consecuencias de la guerra civil de Guatemala, con el objetivo de investigar y desarticular cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos; sin embargo, con el tiempo extendió sus facultades a indagar sobre estructuras de corrupción. El convenio de la Cicig se estableció con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Maccih surge como una alternativa a la Cicig. En realidad, ciudadanos aglutinados en la marcha de las antorchas presionaban para la instalación de una Cici en Honduras (Cicih) luego de conocerse varios cheques de empresas que desfalcaron el Instituto Hondureño Seguro Social (IHSS) dirigidos a cuentas del Partido Nacional.
En primera instancia, el presidente Juan Orlando Hernández propuso un Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (Sihcic), pero tuvo amplio rechazo.
Como última instancia, el gobierno hondureño pidió al apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) -a diferencia de Guatemala que acudió a la ONU- y finalmente se armó y prosperó la idea de la Maccih, convenio que incluso fue ratificado por la oposición en el Congreso Nacional.
2-Alcance en investigación y acusación
En el caso de la Cicig, colabora con el Estado guatemalteco en la desarticulación de los aparatos clandestinos de seguridad y cuerpos ilegales, así como promueve la investigación, persecución penal y sanción de los delitos cometidos por sus integrantes.
Mientras que la Maccih le corresponde apoyar, fortalecer y colaborar activamente con las instituciones del Estado hondureño encargadas de prevenir, investigar y sancionar actos de corrupción.
Lo anterior implica mayor independencia en la impartición de justicia. La Cicig puede ejercer la persecución penal o adherirse a la iniciativa del Ministerio Público de esa nación centroamericana para encarcelar a las bandas ligadas a la corrupción.
En el caso de la Maccih, al fiscal de apoyo se le permite participar activamente en la investigación (acceso de expedientes, por ejemplo), más no participar en el proceso. El Ministerio Público siempre será el único órgano acusador.
3-Recomendaciones
La Maccih establece proponer al gobierno reformas al sistema hondureño de justicia, incluyendo legislación para fortalecer el combate a la corrupción en y desde el sector privado.
La Cicig puede recomendar al Estado la adopción de políticas públicas para erradicar los aparatos clandestinos y cuerpos ilegales de seguridad y prevenir su reaparición, incluyendo las reformas jurídicas e institucionales necesarias para este fin.
En ese sentido, la Maccih tiene un poder mayor en cuando a las reformas, las cuales deben ser de cumplimiento obligatorio, según el convenio firmado, mientras que la comisión guatemalteca se queda en recomendaciones que pueden ser acatadas o no por el Estado.