GRACIAS A DIOS, HONDURAS.- Gracias a Dios es el departamento más postergado del país y con el embate de los huracanes Eta y Iota difícilmente podrá salir de ese abandono.
Los estragos de los dos fenómenos naturales en este departamento son incalculables. A lo largo del territorio se observan comunidades totalmente inundadas, viviendas destruidas, cultivos dañados y personas incomunicadas.
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Los reportes de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) indican que en Gracias a Dios fueron evacuadas 33,936 personas.
En este departamento fueron habilitadas escuelas, alcaldías e iglesias como albergues, pero ya no cuentan con los insumos básicos para su alimentación ni con agua potable.
Durante las inundaciones fueron rescatadas alrededor de 502 personas y más de 50 viviendas dañadas.
Las cifras podrían incrementar en los próximos días debido a que la lluvia no ha cesado en la región.
Diferentes organizaciones de la sociedad civil que han estado al frente brindando ayuda a los damnificados aseguran que existen muchas zonas incomunicadas que hasta ahora nadie ha podido llegar, y que a los habitantes se les imposibilita salir porque los ríos siguen haciendo estragos.
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“Los técnicos que están a nivel de campo, que están apoyando a los Consejos de Desarrollo Municipal, muchas de las áreas no se ha podido entrar, ha estado difícil porque en el caso del río Patuca sigue anegado, desde la zona tawahka hasta la desembocadura del río”, manifestó a EL HERALDO Luis Gradiz, representante del programa Prawanka.
Entre las zonas incomunicadas figuran Krausirpi, Wampusirpi, Ahuas y hasta la zona de la barra de Patuca, que incluye más de una docena de comunidades. Alrededor de unas 4,000 personas se encuentran incomunicadas porque se fueron a las partes altas de la montaña para poder salvar sus vidas ante la crecida del río Patuca.
“La situación es bastante crítica, no se puede entrar a mucho territorio. Una de las grandes preocupaciones es el tema de alimento una vez que pase la emergencia”, manifestó Gradiz.
Aunque reconoció que en este grupo de 4,000 hondureños no se reportan personas enfermas o lastimadas.
Algunos de ellos recibieron alimentos debido a la presencia de las brigadas de socorro que anda en la zona, Cruz Roja Internacional, el gobierno, una brigada británica, del Programa Mundial de Alimentos y otros.
El sistema productivo de La Mosquitia también fue golpeado. Familias enteras perdieron sus cultivos de cacao, maíz, arroz, frijoles y yuca, entre otros. También, resultaron afectados cientos de pescadores artesanales, que los vientos dañaron las estaciones de pesca.
Denuncia
Sobre la marcha salen a relucir fuertes denuncias de que las donaciones están siendo retenidas en algunas bodegas de Copeco en Puerto Lempira, mientras las personas en el interior del departamento no tienen nada que comer.
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“Todo el mundo está bajo el agua. Llegó un apoyo humanitario, pero no se ha distribuido, lo tienen embodegado en Copeco, entonces la población está llamando y quiere ir a romper Copeco, la gente tiene hambre”, denunció Mirna Lizeth Wood, vicepresidenta de la organización miskita Masta.
Lamentó que a las comunidades fronterizas con Nicaragua no ha llegado el apoyo.
“Es que solo hay un helicóptero, entonces la gobernadora lo ha personalizado, que hasta que ella llegue con el apoyo necesario porque ellos están en política, no están incluyendo ni a los líderes misquitos ni a las iglesias ni a nadie, ella sola con la Fuerza Aérea le está entregando a sus correligionarios”, señaló.
EL HERALDO intentó comunicarse con la gobernadora de Gracias a Dios, Koritza Mejía, pero no obtuvo ninguna respuesta a las llamadas y mensajes.
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