Una de estas corrientes, la del alcalde capitalino Nasry Asfura, se ve más cercana a Casa de Gobierno y la otra, la de Mauricio Oliva, presidente del Congreso Nacional, está más distante pero con un antecedente muy reciente que también lo vincula estrechamente al presidente Hernández.
Asfura surgió como un “gallo tapado” sin querer aparecer públicamente como líder del “movimiento sin cabeza” que hoy se conoce como Unidad y Esperanza. Ese ausentismo más bien provocó la sospecha de que alguien estaba detrás de su corriente.
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“Tito (Asfura) tiene el lastre radioactivo de ser el proyecto del Presidente, seguramente no como proyecto principal sino como plan B”, según el analista Raúl Pineda.
Oliva, por su parte, dirige la corriente Juntos Podemos que formó solo cuando Hernández anunció que no buscará la reelección. Al gobernante debe su alto cargo que le ha permitido un liderazgo en el diálogo político y en las todavía inconclusas reformas electorales.
Dos fuerzasse perfilan para las elecciones primarias al interior del Partido Nacional. |
Si a uno de estos candidatos se le ve más cerca de Hernández, ¿le beneficiará o le afectará? Cualquiera que esté cerca “cargaría con todo el desgaste de varios años del gobierno”, afirmó el sociólogo Eugenio Sosa.
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“Si Asfura logra distanciarse de Hernández tiene la ventaja que quien ha estado más cerca del gobierno acompañando a Hernández es Oliva”, añadió Sosa.
Ambos candidatos llegarán hasta el final en las primarias porque tienen el compromiso de procurar el triunfo suyo y el de quienes los respaldan en los otros dos niveles: diputados y alcaldes.
Pero su gran proyecto es luchar por un cuarto triunfo consecutivo de su partido. “Después de las primarias puede darse un proceso de integración, de unidad fuerte” en el Partido de gobierno, según Sosa.
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