Tegucigalpa, Honduras
Las tarjetas de identidad que están en las gavetas del Registro Nacional de las Personas (RNP) no llegaron a sus legítimos propietarios por causas que van desde la falta de una efectiva planificación por parte de las autoridades hasta la apatía e indiferencia de quienes las tramitaron.
El RNP tiene contemplado destruir medio millón de tarjetas cuando entre en vigencia el nuevo documento que modernizará el sistema de identificación nacional y dará mayor seguridad a los usuarios y al país.
Estas tarjetas, cuyo costo de impresión ronda los cien millones de lempiras, fueron emitidas a partir de 1996 y forman parte de un viejo inventario que la institución tiene en Tegucigalpa y San Pedro Sula.
EL HERALDO consultó a varias personas vinculadas al RNP y a algunos exfuncionarios sobre los motivos por los cuales estas tarjetas nunca llegaron a manos de sus propietarios. “Muchas están repetidas, hay ciudadanos que tienen hasta tres tarjetas. La gente no prioriza, se desanima a ir a reclamarlas cuando ve las filas y sabe que de todas formas tiene una o dos tarjetas en su casa que le resuelven”, expresó una empleada de la institución que pidió el anonimato porque en el RNP está prohibido que den declaraciones.
Otra persona vinculada al RNP reveló que en las giras que hicieron las brigadas para entregar tarjetas comprobaron que muchas pertenecían a personas que ya murieron.
Un funcionario del RNP es de la opinión de que el Directorio debe ordenar una clasificación de las tarjetas por municipio y enviarlas al interior para que la gente las reclame antes de que entre en vigencia la nueva.
Para Sigfrido Zepeda, exgerente del Programa de Identificación Nacional (PIN), el no reclamo de las tarjetas “podría deberse a solicitantes de primera vez que se fueron del país o son gente que fue asesinada por el problema de las maras o también puede ser por cuestiones políticas”.
La diputada Doris Gutiérrez dijo que conoce gente que tiene hasta diez tarjetas.