CORTÉS, HONDURAS.- La contaminación de las playas de Honduras debido a la llegada de la basura proveniente del río Motagua es un problema que no termina y cuyas soluciones no están próximas.
Si bien es cierto se han tenido avances en las pláticas con funcionarios guatemaltecos y hondureños, para el alcalde de Omoa, Ricardo Alvarado, las mismas no han rendido los frutos esperados que es evitar que más desechos lleguen a tierras hondureñas.
Hace dos semanas, el rompimiento de una de las bardas en el río trajo una gran cantidad de basura a Omoa, y ayer el alcalde reportó que otra barda se rompió, por lo que no descarta que en las próximas horas lleguen más desechos.
Con el cambio de autoridades en Guatemala, el alcalde tiene la esperanza que se puedan alcanzar los acuerdos para iniciar acciones concretas que permitan resolver la problemática ambiental; sin embargo, también existe la duda si las negociaciones para ponerle fin a la situación se atrasarán.
Durante el fin de semana, las autoridades gubernamentales representadas por la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), Cancillería y la Secretaría de Gobernación, se reunieron con alcaldes, diputados y otros sectores de la zonas de Omoa y Puerto Cortés, quienes cada año son los más afectados con la llegada de los promontorios de basura.
Malcolm Stufkens, viceministro de Serna, señaló que a través del programa de restauración de cuencas “Padre Andrés Tamayo” se está apoyando a los 22 municipios de Honduras que forman parte de la cuenca del río Motagua con fondos para el manejo de los residuos sólidos.
“Hay una transferencia entre los 22 municipios de 11.6 millones de lempiras para que se empiece a trabajar en residuos sólidos, es decir, eliminación de botaderos clandestinos, pero con aras también que se empiecen a establecer rellenos sanitarios”.