Tegucigalpa, Honduras.- A pesar de los sueños y deseos de salir adelante, más de 35,000 niños con capacidades especiales en Honduras enfrentan un sistema educativo con escasas oportunidades que les permitan avanzar y convertirse en lo que sueñan.
La pequeña Nicolle Alvarenga es uno de esos casos. Alumna de cuarto grado en la Escuela Club Rotario N°2, enfrenta dificultades de aprendizaje y además un diagnóstico de anemia, lo que afecta su rendimiento académico y su bienestar general.
Al ser abordada por EL HERALDO, la pequeña no fue capaz de leer: “Hay una bota en la mesa”, ni de resolver una suma de dos dígitos.
“Aunque me siento horas con ella, no logra retener lo que aprendió. Al día siguiente se le olvida todo”, compartió con tristeza su madre, Cindy Alvarenga.
EL HERALDO, a través de la solicitud número 3744-2024, descubrió que en 2023 unos 35,403 estudiantes en el país presentaban alguna condición especial. Estos datos provienen de la última encuesta de discapacidad aplicada por la Secretaría de Educación.
Francisco Morazán se destaca como el departamento con mayor número de alumnos con capacidades especiales, con un 25.44% del total nacional, lo que equivale a 9,009 estudiantes.
Cortés sigue en segundo lugar con 5,097, mientras que Yoro (3,479) y El Paraíso (2,110) también registran cifras preocupantes.
El problema se agudiza desde el inicio de la vida escolar. En primer grado, 6,160 niños enfrentan sus desafíos académicos, y en segundo y tercer grado, la cifra es similar, con 5,651 y 5,315 menores, respectivamente.
Aunque la incidencia se registra principalmente en los primeros seis grados, la educación media no está exenta: en décimo grado, 922 estudiantes asisten a clases con dificultades, mientras que en undécimo y duodécimo los números bajan a 537 y 340.
Entre las condiciones más comunes que enfrentan estos alumnos se encuentran los problemas de aprendizaje, que afectan a 15,649 estudiantes, seguidos de dificultades visuales e intelectuales.
Deserción escolar
Según Marlon Escoto, director de Educación de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), menos del 2% de los centros educativos de Honduras están preparados para atender adecuadamente a escolares con capacidades especiales.
“La falta de un protocolo de identificación y acompañamiento presiona a muchos a abandonar las escuelas”, advierte Escoto.
Aunque existen escuelas especializadas, la gran mayoría de los menores con necesidades educativas especiales asisten a centros regulares.
“Es fundamental capacitar a los maestros y establecer campañas permanentes en los centros educativos para asegurar la inclusión de estos niños”, enfatizó.