TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las historias de lucha y superación que una vez recorrieron los pasillos del Hospital San Felipe ahora son reemplazadas por relatos de dolor y resignación.
La construcción del búnker oncológico en ese hospital es sinónimo de esperanza para muchos pacientes que luchan contra el cáncer en Honduras.
Sin embargo, para aquellos que enfrentan la realidad diaria de su enfermedad, esa esperanza se ha transformado en una cruel decepción.
Mientras la obra avanza, cientos de pacientes ven cómo su salud se deteriora debido a la falta de atención adecuada.
Los pacientes oncológicos reconocen que la construcción del búnker es un avance trascendental para mejorar su tratamiento a largo plazo.
No obstante, muchos lamentan que, mientras se erige esta infraestructura, su atención ha sido descuidada, dejándolos en una situación de vulnerabilidad.
“Es una obra que, sin duda, beneficiará a muchos en el futuro, pero ¿qué pasa con nosotros, que necesitamos tratamiento ahora?”, expresó con frustración uno de los pacientes que se encontraba en el área de Oncología de ese hospital.
Iris Zelaya, presidenta del sindicato de trabajadores del San Felipe, reconoció que la atención de los pacientes se ha descuidado.
“Por la desastrosa administración anterior, ellos fueron los pacientes que peor factura pagaron”, dijo Zelaya.
Agregó que se le dejó de dar mantenimiento a las máquinas y ahora los afectados son los más vulnerables.
Recordó que desde el 2020 al 2022 se le brindaba el mantenimiento a la bomba 80 y la bomba 100, pero las máquinas se descuidaron.
“El proyecto del búnker deslumbró a las autoridades y descuidaron la atención de los pacientes”, reprochó Zelaya.
Una doble desilusión
Doña María Agueda, una madre y abuela de 67 años, viajó desde Siguatepeque junto a su hija en busca de atención. “Empecé a sentir dolores como de parto y cuando fui al baño vi el montón de sangre correr”, sostuvo doña María.
Tras varios exámenes fue diagnosticada con cáncer en la matriz en etapa tres, sus médicos le informaron que el tumor se estaba expandiendo hacia su pelvis.
Sin embargo, no solo se enfrentó a su triste diagnóstico: “Tal vez el otro año porque hay más de 470 pacientes esperando”, fueron las palabras con las que su médico le dijo que no hay tratamiento en el hospital.
Para doña María, esta espera interminable es un golpe devastador, como lo es para tantos otros que, al igual que ella, enfrentan un futuro incierto.
No hay convenio
Cientos de pacientes sin radioterapia desde hace 80 días. Desde 2023, las máquinas de radioterapia del Hospital San Felipe dejaron de funcionar, obligando a los pacientes a depender de un convenio con el Centro de Cáncer Emma Romero de Callejas.
El convenio venció el 6 de junio y aún no ha sido renovado, dejando a cercade 500 pacientes en espera.
El director del hospital, Nelson Sánchez, asegura que la renovación del convenio está en sus fases finales, pero reconoce que esto no será suficiente para atender a todos los pacientes en lista de espera.
Solo aquellos en condiciones más críticas, entre 20 y 30 personas, tendrán la oportunidad de recibir tratamiento. Para el resto, la espera continúa.
“El problema no es el dinero, el problema es que el Emma no tiene la capacidad de atender a tantos pacientes, si ellos nos dan más cupos nosotros pagamos”, dijo