YORO, HONDURAS.- Entre la alegría porque volvió a ocurrir de nuevo y el asombro por lo inexplicable, pobladores de Yoro reportaron una “lluvia de peces” en horas de la tarde de este sábado.
Durante una intensa lluvia, la comunidad yoreña fue testigo, una vez más, de la caída de pequeños peces desde el cielo. Con mucha emoción, la ciudadanía definió lo ocurrido como un milagro y una bendición.
Pobladores relataron que estuvo lloviendo intensamente y que una vez cesó la actividad, salieron a ver si la precipitación había traído peces hasta el lugar. Los yoreños descartaron que los animales acuáticos hayan sido arrastrados por alguna corriente, indicando que en el sitio no existen ríos ni quebradas.
En videos que circulan en las redes sociales se pueden ver a varias personas recolectando a los pecezuelos en bandejas y bolsas luego de que la lluvia los llevara hasta tierra firme.
La extraña lluvia, que ya es tradicional en el folklore hondureño, se registró en la comunidad de Centro Poblado La Unión, situada a 12 kilómetros de Yoro, cabecera departamental.
¿Cuál es la explicación?
Al menos dos hipótesis existen sobre esta maravilla considerada bendición por parte de los mismos yoreños, quienes han tratado de justificar el hecho hasta con leyendas locales.Expertos atribuyen la lluvia de peces a las trombas marinas o mangas de agua, que consisten en un embudo que contiene una gran carga acuática, pero que no podría tomarse este supuesto como válido debido a que Yoro está situado a 200 kilómetros de las costas del mar Caribe.
Mientras que un equipo de científicos de National Geographic propuso una teoría hace más de cuatro décadas, en la cual señalaron que los peces no caen del cielo, sino que producto de los fuertes aguaceros obligan a salir a la superficie a estas especies marinas que viven en corrientes subterráneas y por ende son ciegos.
Hasta el momento no hay una explicación exacta del por qué se registra este fenómeno, pero curiosamente solo ocurre en algunos sectores de esa región del país.
Además, es imposible predecir en qué momento puede ocurrir por lo que siempre termina sorprendiendo a la gente.
