TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La cultura garífuna se caracteriza por formar parte de la requisa cultural y legado histórico no solo en Honduras sino en el patrimonio cultural de la humanidad a nivel mundial.
Cabe recordar que los garífunas son descendientes de africanos y poblaciones indígenas del Caribe. Durante el siglo XVIII, fueron deportados por los británicos hacia la costa de Honduras, donde establecieron comunidades a lo largo de la costa caribeña de América Central.
Los datos históricos relatan que luego de varios conflictos con los colonos-británicos y franceses, los garífunas fueron derrotados y deportados en 1797 por los británicos a la Isla de Roatán, que en ese entonces formaba parte del territorio de la colonia británica de Belice (hoy país Belice). Desde la zona insular del país, los garífunas se dispersaron a lo largo de la costa del Caribe de Honduras y otros países de la región, como el mismo Belice, Guatemala y Nicaragua.
En Honduras, los garífunas se establecieron principalmente en los departamentos de Atlántida, Cortés e Islas de la Bahía, donde fundaron comunidades a lo largo de la costa. Con el paso de los años, han mantenido su identidad cultural única, preservando su idioma, música, danzas y tradiciones culinarias.
La llegada de los garífunas a Honduras ha dejado una huella significativa en la cultura y la historia del país, y su legado sigue siendo una parte importante de la diversidad étnica y cultural de Honduras hasta el día de hoy.
Por ejemplo, la lengua garífuna pertenece a la familia de lenguas arawak y ha sobrevivido a siglos de persecución y dominación lingüística que en el caso del país, pese a no hablarse en algunas regiones, se mantiene viva en la costa norte donde se concentra la mayoría de grupos garífunas.
Además, la música, la danza y las expresiones artísticas son una parte emblemática de la cultura garífuna en Honduras. Las celebraciones, como el Día de la Etnia Negra que suma ya 226 años y el Festival de la Cultura Garífuna, son ocasiones importantes para compartir y celebrar la rica herencia cultural de la comunidad en el país.
Con esto queda demostrado la historia de supervivencia de los garífunas, desde su llegada a Honduras hasta el presente, convirtiéndose en una parte integral de su cultura. La transmisión de historias, mitos y tradiciones orales es una forma de mantener viva la memoria colectiva de su pasado y honrar el legado de sus ancestros.
Principales festivales y celebraciones garífunas
Desde la cultura garífuna celebran una serie de festivales y eventos culturales a lo largo del año para conmemorar su herencia y mantener más vivas que nunca sus tradiciones y contribuciones al país y la humanidad. Entre los principales se encuentran el “Día de la Etnia Garífuna” que se celebra el 12 de abril, donde se conmemora la llegada de los garífunas a Honduras en 1797. Como parte del cronograma de actividades se desarrollan desfiles, danzas tradicionales, música en vivo, ceremonias religiosas y eventos culturales en comunidades garífunas de toda Honduras.
Asimismo, se encuentra el festival de la Primavera Garífuna, que se conmemora en abril y se celebra en diferentes comunidades garífunas a lo largo de la zona norte de Honduras. Este festival es uno de los más importantes porque marca el comienzo de la temporada de pesca y agricultura para la comunidad. Incluye desfiles de botes, competencias de pesca, bailes tradicionales, comida garífuna y actividades culturales.
También se encuentra el Festival Internacional de la Cultura Garífuna (Ficagua) que se lleva a cabo en noviembre, siendo este festival desarrollado en la ciudad de La Ceiba y es uno de los eventos más importantes para la comunidad garífuna en Honduras. En el evento se presenta música en vivo, danzas folclóricas, exposiciones de arte, conferencias, desfiles y gastronomía garífuna para destacar su cultura.
Seguidamente se encuentra el Festival Yurumein desarrollado en noviembre, este es celebrado en el municipio de Trujillo, donde se destaca en su máximo esplendor la cultura garífuna a través de música, danzas, comida típica, juegos tradicionales y eventos deportivos.
Y la más esperada de todas es la Semana de la Cultura Garífuna también llevada a cabo en noviembre, donde se programa una semana de celebraciones que se lleva a cabo en varias comunidades, con actividades que incluyen conciertos, muestras de arte, conferencias, desfiles y ceremonias religiosas.
Cabe resaltar que Rony Castillo, miembro de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh) en comunicación con EL HERALDO explicó que “el pueblo garífuna tiene diferentes festividades, hay festividades que son obviamente autóctonas otras son ya más mezcladas, con elementos adaptados y otros que son propiamente nativos”.
Gastronomía garífuna: un viaje por sus sabores tradicionales
La variada gastronomía garífuna se encuentra caracterizada por la rica herencia cultural de la comunidad, se distingue por la fusión de ingredientes autóctonos y técnicas culinarias ancestrales con el fin de mantener vigente su cultura.
Los platillos garífunas destacan la presencia constante de productos marinos, desde el pescado fresco hasta los variados mariscos de la zona atlántica de Honduras, cocinados por ejemplo con leche de coco y sazonados con especias locales que estimulan el paladar de propios y extraños.
La yuca, en sus múltiples formas, desempeña un papel central en los ricos platillos garífunas, ya sea como base de masa para tamales o como acompañamiento en platos como el denominado “huduto” y el “sere”. Los plátanos verdes, por otro lado, aportan textura y sabor, transformándose en bolas de masa o hervidos para crear un equilibrio perfecto con los sabores marinos.
En cada bocado garífuna radica la conexión con la tierra y el mar, transmitiendo siglos de tradición culinaria y cultural en cada manjar.
Otro de los manjares que se sirven en la región es el “huduto” que consiste en un caldo espeso de pescado cocinado con leche de coco y acompañado de “machuca”, que son trozos de plátano verde machacados.
Asimismo, el llamado “tapado” que incluye un guiso que combina pescado, mariscos y plátanos verdes en una base de leche de coco, sazonado con hierbas y especias. Además el emblemático “sere” que es un delicioso plato de pescado en salsa de coco con plátano verde y yuca.
También se encuentra en la cultura garífuna el “bundiga”, también conocido como “bundiga en leche de coco”, que es una sopa de pescado servida con yuca y plátano verde en una deliciosa salsa de coco. Del mismo modo el “darasa”, que es un tamal hecho con masa de plátano verde y relleno de carne de cerdo o pollo, envuelto en hojas de plátano y cocido al vapor.
La “tubara”, que es un plato similar al tamal, pero hecho con plátano verde rallado en lugar de masa, y relleno de carne y especias y otro de los más conocidos es el Ereba, que es un tipo de pan plano hecho con harina de yuca, que se sirve con pescado o carne en salsa.
Estos platos son solo una muestra de la rica diversidad culinaria de la comunidad garífuna en Honduras. La cocina garífuna no solo es deliciosa, sino que también es una forma importante de preservar la identidad cultural y transmitir tradiciones de generación en generación
Destinos imperdibles para vivir la cultura garífuna
Más allá de sus paradisíacos destinos turísticos, una de las principales cualidades de las comunidades garífunas es la calidez de su gente, donde los visitantes relatan que los habitantes son extremadamente acogedores, siempre riendo y dispuestos a recibir al turista con los “brazos abiertos”.
A nivel nacional se describe a la población garífuna como amigable, disfrutan el baile, aprecian la música y les encanta compartir momentos con otros.
Entre los destinos garífunas más destacados en el departamento de Cortés están: Bajamar, Masca, Travesía y Saraguayna. En Atlántida se encuentran: Río Tinto, Barra Vieja, Tornabé, Miami, San Juan y Triunfo de la Cruz, hermosos lugares que tienen un gran potencial turístico.
Y si nos vamos a la zona de La Ceiba, Corozal ofrece todas las comodidades que un turista puede demandar, por otro lado está Sambo Creek, que es otro tesoro escondido en Atlántida, un poquito después está Nueva Armenia, Río Esteban, luego Guadalupe, San Antonio, Santa Fe, Limón, Aguán, Ciriboya, Sangrelaya, Punta Piedra, Tocamacho, Plaplaya, entre otras comunidades.
Del mismo modo, hay comunidad garífuna en las tan aclamadas Islas de la Bahía, el departamento insular de Honduras. En lugares como Roatán y Utila, hay comunidades garífunas que ofrecen una experiencia cultural única junto con hermosas playas y actividades acuáticas.
Sin duda, uno de los lugares turísticos más emblemáticos para adentrarse en la comunidad garífuna es Punta Gorda donde los visitantes tienen la oportunidad de participar en actividades como la danza al ritmo punta, propia de esta etnia.
Punta Gorda es también un punto de partida para explorar la belleza natural de la región, que incluye manglares, ríos navegables y arrecifes de coral. Los turistas pueden realizar excursiones de pesca, paseos en bote por los canales de los manglares y buceo en los impresionantes arrecifes cercanos.
Y no menos importante, también se ubican muchos garífunas en Trujillo, en el departamento de Colón. Aquí se puede participar en actividades culturales y probar la única gastronomía de la comunidad.
Castillo aseguró que “hay toda una riqueza de diferentes, áreas protegidas también que se han creado dentro de esos territorios de las comunidades de garífunas y que son atractivos, espacios exclusivos que están dentro de las comunidades”.
La lengua garífuna: preservación de un patrimonio cultural
Como queda demostrado, la música, la danza, pero sobre todo la lengua garífuna, forma un pilar importante para la preservación de este grupo.
En el caso de la lengua garífuna, la propia UNESCO llamó a su preservación, pues vaticinó que dentro de 100 años sólo quedarán los idiomas dominantes y que muchas lenguas podrían extinguirse, incluído este distinguido idioma.
De acuerdo a expertos, la lengua garífuna ha subsistido al embate y se resiste a perderse en el amplio mundo del olvido lingüístico, primero del idioma francés y luego del inglés, en la actualidad en San Vicente y después en Estados Unidos.
Para el caso de Honduras, la lengua garífuna resiste a la batalla con el español. Sin embargo, la lengua garífuna sigue siendo imprescindible en la zona norte y los habitantes que abarcan los departamentos de Cortés, Atlántida, Islas de la Bahía, Colón y Gracias a Dios.
Para Rony Castillo, miembro de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh) la cultura garífuna se manifiesta de diferentes maneras con el fin de destacar la libertad de expresión garífuna.
“Se va transmitiendo poco a poco a las generaciones, pues de una generación a otra se va transmitiendo las valores culturales y es una forma de vivirla de vivir la cultura a través del canto, a través de las poesías, de la historia también y el canto es bien importante porque también se utiliza como una forma para amonestar o para elogiar, también para castigar o para premiar” declaró.
Si bien, en las principales ciudades o regiones no es común el uso de la lengua garífuna, a lo largo de los años, en el país a través de asociaciones o grupos existen esfuerzos para preservar y promover la lengua garífuna en Honduras.
En primer lugar se encuentra la educación bilingüe en escuelas de la región, donde se han establecido programas de educación bilingüe en áreas donde la población garífuna es significativa, es decir en lugares como los municipios de Atlántida. Estos programas permiten a los niños garífunas recibir educación en su lengua materna, lo que ayuda a preservar y fortalecer su identidad cultural para que no se pierda con el paso del tiempo.
Documentación y revitalización por parte de profesionales que han realizado esfuerzos para documentar y mantener viva la lengua garífuna a través de la recopilación de historias, cuentos, canciones y otros aspectos de la tradición oral garífuna. Organizaciones culturales y lingüísticas de diferentes instituciones o hasta universidades, como el caso de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) han trabajado en la creación de diccionarios, materiales educativos y programas de capacitación para mantener viva la lengua.
Además, la continúa celebración y eventos culturales como festivales de temática garífuna que no sólo son ocasiones para celebrar la música, la danza y la gastronomía, sino también para promover el idioma garífuna, brindan oportunidades para que las personas practiquen y utilicen la lengua e incluso para que personas ajenas a la etnia se interesen en aprenderla.
En algunas ocasiones, el gobierno y distintas organizaciones internacionales brindan apoyo financiero y técnico para proyectos de preservación del idioma garífuna. Esto incluye la capacitación de maestros bilingües, la creación de materiales educativos y el desarrollo de programas de concientización sobre la importancia de preservar la lengua y la cultura garífuna, sin embargo, todavía no llega a todos los rincones del país.
La participación activa de la comunidad garífuna en la preservación de su lengua y cultura es fundamental. Se han establecido comités y organizaciones locales que trabajan en colaboración con otras instituciones para promover el idioma y organizar actividades culturales.
A pesar de estos esfuerzos, la lengua garífuna aún enfrenta desafíos, como la influencia del español, el inglés y el cambio cultural constante. Sin embargo, el compromiso continuo de la comunidad garífuna y el apoyo de diferentes instituciones son fundamentales para garantizar la preservación de la lengua y en general, el patrimonio cultural que los garífunas aportan a Honduras.