TEGUCIGALPA, HONDURAS.-El temor de que el país se precipitara hacia la inestabilidad política se apaciguó luego de que el Congreso Nacional nombró, la noche del jueves, a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Ahora los ojos de la sociedad se posan sobre las futuras decisiones del nuevo pleno judicial.
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Los diversos sectores sociales esperan de la nueva Corte Suprema de Justicia un apego a la independencia y la impartición de una justicia más pronta y expedita.
Para Carlos Hernández, representante de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), la elección no fue un proceso fácil porque pasó por negociaciones en las que el oficialismo tuvo que ceder.
Agregó que ahora que ya hay pleno y las diferentes salas ya están integradas, uno de los primeros desafíos de los magistrados será el impartir justicia sin favorecer a un sector político o individual.
El representante de la ASJ demandó que la nueva administración de la CSJ fortalezca el modelo de gestión judicial para que continúe la reducción de la mora judicial y la impunidad, así como el fortalecimiento del circuito anticorrupción.
Suplentes
En cuanto a la figura de los magistrados suplentes, Hernández consideró que eso fue parte de las negociaciones políticas como un mecanismo para neutralizar que la presidencia de la Corte Suprema de Justicia tenga el poder casi total cuando en una sala no haya una resolución unánime.
Sobre este punto, la directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, escribió en su cuenta de Twitter que “la nueva Corte Suprema de Justicia empieza a pagar el pacto político: crear suplentes para las maniobras en la sombra de la justicia”.
Igualmente, Carlos Umaña, diputado del Partido Salvador de Honduras (PSH), indicó que “los pactos políticos no sólo incluyen la Corte Suprema y su inconstitucionalidad al elegir magistrados suplentes, sino también la repartición de todas las subsiguientes elecciones de segundo grado. Así es el tripartidismo, provenientes de un mismo palo... que da astillas tremendas”.
Expectativas
Por su parte, el abogado Oliver Erazo es de la opinión de que la elección de los nuevos magistrados genera mucha expectativa y esperanza, por lo que espera de ellos el respeto a la ley y los derechos de todos los ciudadanos.
Él confía en que la nueva Corte sea ese control de pesos y contrapesos que garantice el Estado democrático de derecho y asegure a todos el acceso a la justicia, sobre todo a una justicia efectiva y eficaz.
Es muy importante que la Corte salga bien y que en el ejercicio de sus funciones garantice a todos los hondureños el acceso a la tutela judicial efectiva, al respeto de los derechos fundamentales y protección a los derechos humanos, agregó.
Erazo es del criterio de que el pueblo hondureño está sufriendo de violaciones gravísimas a derechos sociales, económicos y culturales y se ha agudizado de manera sistematizada la violación a los derechos humanos. “Se creía que por ser un partido progresista habría más respeto a los derechos, pero no está siendo así”, lamentó.
Por su parte, monseñor Ángel Garachana también manifestó que “ya tenemos una nueva CSJ. Mirando hacia adelante se me entrecruzan los deseos, esperanzas y temores. Pido al Señor la sabiduría, discernimiento y sentido de justicia para los magistrados. Y me atrevo a recordarles la responsabilidad que tienen ante Dios y ante el pueblo. No nos defrauden”.
Entre tanto, Blanca Izaguirre, titular del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), destacó que la nueva Corte está integrada, en su mayoría, por mujeres y que, además también se incluyó a un miembro de la comunidad afrohondureña. Para ella, la independencia del Poder Judicial es una garantía para salvaguardar los derechos humanos y la igualdad de todos ante la ley.
La independencia e imparcialidad de los jueces y magistrados es un pilar fundamental que contribuye a fortalecer la independencia del Poder Judicial y la autonomía que debe tener frente a los otros poderes y ante los grupos y sectores de la sociedad, expuso Izaguirre.
Reconocimiento
La Misión Internacional de Observación del proceso de selección de los magistrados vio con buenos ojos el proceso de elección de la CSJ.
No obstante, demandó del nuevo pleno una actuación independiente, cumpliendo con su “deber de ingratitud para fortalecer el Estado de derecho y proteger la democracia, como demanda la Constitución, y que exista una sociedad vigilante que, frente al desempeño del alto tribunal, exija rendición de cuentas de forma permanente”.