Arada, Santa Bárbara.
Las manos de doña Teresa Muñoz ayudaron el pasado 13 de noviembre a elaborar el pastel para Plutarco Ruiz, el hombre que horas después le arrebataría dos de sus tesoros más grandes: sus hijas María José y Sofía Trinidad Alvarado Muñoz.
A las 12:30 del mediodía de ese jueves 13, su hija Sofía salió hacia el balneario La Aguagua, luego de que su novio Plutarco llegó a traerla a la casa para terminar de preparar todo para la fiesta. A eso de las 2:30 de la tarde del mismo día, su rostro se iluminó con la llegada, procedente de Tegucigalpa, de su otra hija, María José, la Miss Honduras Mundo.
La joven modelo le dijo a su madre que su hermana Sofía le pidió que la acompañara a la fiesta de su novio y ella le dijo que sí. Como con un presentimiento, la señora le pidió que no fuera y que mejor se quedara en casa estudiando porque al siguiente día tenía que ir al colegio para someterse al examen del Himno Nacional previo a su graduación en educación secundaria.
El reloj marcó las 6:30 de la tarde, cuando la bocina de un vehículo, en el cual se transportaba Sofía junto a tres hombres, interrumpió la conversación, ya que la reina de belleza abandonó la casa para acompañar a su hermana a la fiesta de cumpleaños.
La madre, confiada de que sus hijas estarían bien, dejó la preocupación a un lado y vio partir a sus hijas sin imaginarse que los seis días que se le venían encima serían los peores de su vida.
Despierta sospechas
Fue hasta la tarde del viernes en que a doña Teresa le comenzó la inquietud por no saber nada de sus hijas, ya que los teléfonos celulares de María José estaban apagados y Sofía lo había dejado en casa. Jamás se le cruzó por la cabeza que la noche anterior sus dos hijas habían sido asesinadas.
Pero su angustia aumentó cuando empezó a realizar llamadas y nadie pudo darle información sobre sus hijas. Sin embargo, la desesperación de la madre hizo contactar a un pretendiente de la Miss Honduras, quien le dijo: “Mire doña ‘Tere’, yo ando que me muero porque como a las 11:00 de la noche me mandaron un mensaje de que había un macaneo en La Aguagua y que balearon a Sofía”.
Después del relato, la madre de las muchachas decidió presentarse a las instalaciones de la Policía Nacional para denunciar la desaparición de sus hijas.
La desaparición de las hermanas no trascendió en los medios de comunicación hasta el domingo por la tarde. Ese día doña Teresa compareció ante los medios de comunicación dando declaraciones para pedir que le ayudaran a encontrar a sus hijas.
El lunes, las autoridades procedieron al interrogatorio de las personas que asistieron a la fiesta de cumpleaños de Plutarco, en busca de información que les ayudara a dar con el paradero de ambas.
El martes la madre de la Miss Mundo, a través de un medio televisivo, dijo que ya no aguantaba la angustia de no saber nada de sus hijas y que la fortaleza que mostraba ante las cámaras era concedida por Dios.
En horas de la tarde, la madre de las muchachas, junto a su otra hija, se presentaron en las instalaciones del Ministerio Público, en donde brindaron una amplia declaración relatando los hechos desde el día de la desaparición de ellas.
Después de rendir declaraciones ante los fiscales, la familia se llamó al silencio y se refugió en su casa, pidiendo a los medios respetar su privacidad por lo difícil de la situación. Esa misma noche, las autoridades capturaron a dos sospechosos de la desaparición de las hermanas, entre ellos el novio de Sofía y su amigo Aris Maldonado.
La madrugada del miércoles las autoridades encontraron el lugar en donde fueron enterrados los cadáveres de las hermanas.
No fue hasta dos horas después en que la madre de ambas fue notificada de la mala noticia, por lo que el silencio que albergaba su casa fue interrumpido con sus gritos de dolor.
A las 12:00 del mediodía, personal de Medicina Forense comenzó la exhumación de los cadáveres, que terminó a las 1:30 PM. Media horas después los cuerpos sin vida fueron trasladados a la morgue de Medicina Forense de Tegucigalpa, en donde fueron ingresados a las 6:00 PM.