Honduras

‘El Tigre’ explotó corruptamente su posición para proteger a narcotraficantes: Fiscalía de EE UU

La administradora de la DEA manifestó queBonilla “traicionó aún más al pueblo hondureño al usar su placa de aplicación de la ley para encubrir sus crímenes”
11.05.2022

WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- A pocas horas de haber sido trasladado a Estados Unidos para responder ante la justicia por los cargos que se le imputan relacionados al narcotráfico y uso de armas, el Departamento de Justicia del país norteamericano informó acerca del proceso que deberá seguir el exjefe policial de Honduras, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla.

Bonilla, fue presentado este miércoles ante la jueza federal de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Katharine H. Parker, para la realización de su audiencia de apertura, donde se le informó por qué está a las puertas de un juicio y se fijó una nueva fecha para su audiencia de formalización de cargos, la cual quedó estipulada para el 10 de junio.

La extradición de el exjerarca es considerada por el Departamento de Justicia como una de las más grandes, pues resaltaron que durante sus años de servicio ostentó importantes cargos dentro de la estructura policial en Honduras y que además representó una pieza clave para las presuntas operaciones del expresidente Juan Orlando Hernández en el narcotráfico.

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Damian Williams, Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur dijo que “en lugar de usar su posición de alto poder como jefe de la Policía de Honduras para combatir el narcotráfico, Juan Carlos Bonilla Valladares, alias ‘El Tigre’, explotó corruptamente su posición para proteger y ayudar a los organizaciones narcotraficantes que estaba obligado a desbaratar. Con su apoyo y protección, los asociados de Bonilla Valladares se convirtieron en un conducto crítico para el tráfico de drogas de Centroamérica a los Estados Unidos. Su extradición demuestra que nadie está exento en virtud de su título o posición de autoridad, incluso los presidentes y jefes de policía extranjeros, de un proceso penal por contribuir a la avalancha de narcóticos ilegales en este país que causa tanto daño”.

Por su parte, la administradora de la DEA (Administración de Control de Drogas, por sus siglas en inglés), Anne Milgram, dijo que “el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández no habría llegado al poder y no se habría beneficiado con éxito de las ganancias masivas de las drogas si no hubiera sido por su amplia red de asociados corruptos. Estos socios, incluido Bonilla Valladares, también explotaron sus posiciones para traficar cocaína a los Estados Unidos y proteger violentamente a otros narcotraficantes con conexiones políticas, todo para su propio beneficio personal”.

A criterio de Milgram, “El Tigre” “traicionó aún más al pueblo hondureño al usar su placa de aplicación de la ley para encubrir sus crímenes”.

“La extradición de Bonilla Valladares demuestra una vez más al mundo que los funcionarios corruptos no pueden esconderse detrás de sus cargos. La DEA, en coordinación con nuestros socios estadounidenses e internacionales, no se detendrá ante nada para llevar ante la justicia a cualquiera que amenace la seguridad y la salud de los estadounidenses”, advirtió.

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Sus acciones para beneficiar al narcotráfico

De acuerdo al reporte del Departamento de Justicia, entre las prueba contra Juan Carlos Bonilla se encuentran las que fueron presentadas en el juicio de octubre de 2019 en contra del hondureño Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando, quien fue sentenciado a una cadena perpetua en esa misma Corte del Distrito Sur de Nueva York; además, las declaraciones en audiencia pública durante el enjuiciamiento contra el exdiputado.

Según los fiscales, “Aproximadamente entre 2003 y 2020, múltiples organizaciones de narcotraficantes en Honduras y en otros lugares trabajaron juntas, y con el apoyo de ciertas personas públicas y privadas prominentes, incluidos políticos hondureños y funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, para recibir cargas de varias toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde, entre otros lugares, Colombia y Venezuela a través de rutas aéreas y marítimas, y para transportar la droga hacia el oeste en Honduras hacia la frontera con Guatemala y eventualmente a los Estados Unidos. Para protegerse de la interferencia de las fuerzas del orden y para facilitar el paso seguro a través de Honduras de cargamentos de varias toneladas de cocaína, los narcotraficantes pagaron sobornos a funcionarios públicos, incluidos ciertos presidentes, miembros del Congreso Nacional de Honduras y personal del Gobierno hondureño. Policía Nacional, incluido Bonilla Valladares”.

“Bonilla Valladares explotó de manera corrupta estos cargos oficiales para facilitar el tráfico de cocaína y usó la violencia, incluido el asesinato, para proteger a la célula particular de narcotraficantes políticamente conectados con los que se alineaba, incluidos el ex congresista hondureño (Tony) Hernández Alvarado y el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, a quien se hace referencia en la Demanda acusando a Bonilla Valladares como “CC-4””.

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La denuncia sigue exponiendo que el exjefe de la Policía, a cambio de sobornos pagados con ganancias de drogas, ordenó a miembros de la Policía, que estaban armados con ametralladoras, que dejaran pasar cargamentos de cocaína a través de retenes policiales sin ser inspeccionados ni incautados. Dichas acciones también incluyeron proporcionarle información a los narcotraficantes sobre las operaciones confidencial de las fuerzas del orden público para facilitar los envíos de cocaína, esto en presunta coordinación con “Tony” Hernández.

Y además, se señala que alrededor de 2010, Tony le dijo a un testigo colaborador identificado únicamente como “CW-1” que él y su hermano Juan Orlando ayudaron a Bonilla Valladares a avanzar en su posición dentro de la Policía Nacional, y que a cambio este protegió sus actividades de tráfico de drogas. De igual forma, le habría dicho que “El Tigre” “era muy violento”, y que por esa razón le confiaron tareas especiales, incluido el asesinato.

“Alrededor de julio de 2011, Bonilla Valladares participó en el asesinato de un narcotraficante rival a pedido de (Juan Antonio) Hernández Alvarado y otros, porque el traficante rival había intentado evitar que Hernández Alvarado y otros miembros de la conspiración transportaran cocaína a través de una región del occidente de Honduras, cerca de la frontera con Guatemala”, detalla.

Cargos y condena

Bonilla enfrenta tres cargos en Estados Unidos, el primero es por presuntamente conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos, el segundo es por usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante y en relación con, y poseer ametralladoras y dispositivos destructivos para promover, la conspiración de importación de cocaína; y el tercero conspirar para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante y en relación con, y poseer ametralladoras y dispositivos destructivos para promover la conspiración de importación de cocaína.

Si es declarado culpable, podría enfrentar una sentencia mínima obligatoria de 10 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua por el primer cargo, una sentencia mínima obligatoria de 30 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua por el segundo cargo, y una término máximo de cadena perpetua en el cargo número tres.

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