TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Al banquero Jorge Bueso Arias la vida lo abrazó por más de un siglo, con la certeza que tenía mucho que aportar a la tierra que lo vio nacer, y como un roble se aferró a ella hasta el último momento.
Todos su familiares y amigos entrevistados por EL HERALDO coincidieron en varias aspectos que marcaron su existencia. Afirmaron que fue un fiel creyente de apoyar al pequeño de hoy para hacer el grande del mañana, así como de mantener viva la democracia de Honduras.
Creía en los principios de las personas, en su honestidad, el espíritu de trabajo y el sacrificio, dejando a un lado la corrupción y los sobornos para ver crecer a Honduras.
Su último suspiro lo dio en la mañana del 18 de septiembre, seguro fue como si inhalara el aroma saliendo de una taza de café recién servido, de esas tazas con el sabor particular de su occidente querido, donde nació en 1919.
Luego de confirmar su fallecimiento a los 104 años de edad, en un centro sanitario privado de la capital, debido a complicaciones de una neumonía, su cuerpo fue llevado a la funeraria La Auxiliadora, a inmediaciones la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa, en la capital hondureña.
La vela se hizo sin acceso para los medios de comunicación hasta la sala fúnebre donde estaba el cuerpo.
A las 2:00 de la tarde su cuerpo ya estaba listo para esperar a muchos que lo conocieron, como a aquellos que -sin ninguna complicación- les compartió su sabiduría con un consejo o aquellos que fueron sus empleados. Muchos emprendedores agradecidos también asistieron.
Al velatorio no dejaron de llegar empresarios importantes de todo el país, así como políticos, periodistas y amigos.
En microbuses llegaron empleados del Banco de Occidente, donde paso muchos años para convertirlo en una de las instituciones financieras más sólidas de Honduras.
En cada declaración y en las pláticas de los que llegaban, se evidenciaba la admiración, respeto, agradecimiento y lealtad, cada quien guardaba un recuerdo especial vivido en un espacio de su existencia.
Admiración
Para el empresario Juan Ferrera, don Jorge siempre quiso dejar una huella imborrable en todo lo que hizo, con obras sostenidas.
Lo calificó como un banquero ejemplar, una característica que ni sus competidores discuten, incluso, su labor fue imitada por la competencia, por la forma de hacer negocios.
El mismo criterio expuso el economista y analista Jorge Yllescas, al decir que Bueso Arias era un hombre extraordinario, ejemplar, un referente político y económico, un liberal cien por ciento, destacó.
Afirmó que Jorge Bueso estaba completamente convencido que el desarrollo de Honduras dependía de la libertad empresarial y por eso fue el eslogan de Banco de Occidente, “apoyando al pequeño de hoy, hacemos al grande del mañana”.
Ricardo Álvarez, exalcalde capitalino, expresó que don Jorge es un ejemplo a seguir, porque no solamente fue un banquero ejemplar, sino un hombre muy solidario con un gran corazón.
El historiador Nahún Valladares destacó que, además del éxito empresarial, Bueso Arias fue un gran humanista, porque ayudaba a los hondureños que lo necesitaban y lo demostró al ser uno de los fundadores de La Teletón.
La misa de cuerpo presente se oficiará este martes, 19 de septiembre, en la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa, a las 10:00 de la mañana y luego se desarrollarán las oficios fúnebres.
Aunque en la comunicación oficial no se menciona donde será sepultado, familiares cercanos esperan que posiblemente sea en Jardines de Paz Suyapa.
Pese a que la familia solicitó que el costo de los arreglo florales se donara a la Asociación de Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción, las decoraciones no pararon de llegar, generalmente con hermosas rosas blancas.