DANLÍ, HONDURAS.- Recordando la dura experiencia vivida en la peligrosa selva del Tapón de Darién, frontera entre Colombia y Panamá, Yeivel Limpio agradece a Dios que él junto a siete personas más lograron salir con vida y ahora se encuentran en la ciudad de Danlí, en el departamento de El Paraíso a la espera de juntar “plata” para seguir en su ruta por el “sueño americano”.
Abandonando por la crisis a su amada Venezuela, Limpio tomó lo poco que tenía y con $200 dólares en su bolsa, decidió emprender su camino hacia Estados Unidos porque el gobierno venezolano “trata mal a su gente”.
Con cinco días y medio transitado por el Tapón de Darién, consideró su camino como “una de las experiencias más grandes de mi vida, vi animales venenosos, plantas venenosas, cosas de otro planeta”.
De acuerdo a sus trágicos recuerdos, fueron personas mayores, obesas y hasta niños, los que perdieron la vida en el temido sitio.
Los que se atrevan a cruzar el Tapón del Darién, están expuestos a sufrir un accidente o perder el sentido de la orientación, entre otros problemas de salud, por las condiciones que tiene este enigmático lugar.
A pesar de mostrar una sonrisa contagiosa, el joven venezolano es consiente de las dificultades de seguir su camino hacia Estados Unidos, por lo que pide ayuda a los presidentes de Honduras, Guatemala y México para cumplir el “sueño americano” .
“Ojalá que esto llegue al presidente de Guatemala, al presidente de México, que nos apoye, que nos ayuden a nosotros los venezolanos, que no somos personas de mal. somos personas que estamos pendientes de hacer nuestro futuro y el futuro de nosotros también está en las manos de esos tres presidentes”, solicitó el angustiado joven.
Para poder continuar su ruta, solicitó ayuda con buses para seguir, priorizando a mujeres con niños y después continuar con los hombres solteros que se encuentran juntando dinero.
Después de salir de Honduras, desea llegar a Estados Unidos lo más pronto posible, donde promete “ser una persona de bien, para aprender más cosas”.
Tiene dos trabajos en Danlí
Con sus nueve días en la ciudad de Danlí, Yeivel no ha perdido tiempo y cuenta con dos trabajos, en la mañana puliendo carros y por las noches, vendiendo “hot dogs” y cómida rápida venezolana.
El joven se sinceró con EL HERALDO y aseguró que no ha solicitado el salvoconducto, pues este tiene una duración de cinco días para transitar en el país, sin embargo, ocupa de al menos 15 días para hacerse de algo de “plata” para los gastos en su trayecto por Guatemala y México.
Yeivel es un joven soltero que junto a sus vecinos se encuentra dentro del nutrido grupo de migrantes que inundan las calles de Danlí, debido que el número se ha triplicado y las oficinas de Migración no se dan abasto.
Se espera que las autoridades brinden respuestas inmediata a Yeivel y a los miles de migrantes que se encuentran en territorio nacional, pues la zona oriental se encuentra sumergida en una “crisis migratoria” desde hace varios días.