TEXAS, ESTADOS UNIDOS.- Luego de cuatro días de incertidumbre sobre el paradero de Francisco Oropeza, el mexicano acusado de matar a cinco hondureños en Estados Unidos, las autoridades confirmaron que fue detenido.
La Policía dijo que el arresto tuvo lugar en el condado de Montgomery, a 15 millas de distancia de Cleveland, donde ocurrió la masacre.
En la búsqueda participaban agentes de la Oficina del Sheriff del Condado de San Jacinto, miembros del FBI (Buró Federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés) y hasta la policía fronteriza, pues se temía que el sujeto hubiese huido a otros estados o a su natal, México.
Las autoridades del FBI en Houston y el sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers, confirmaron la información en una conferencia de prensa realizada a las 9:00 p.m (hora local), donde revelaron los detalles de la importante captura, que sacó de circulación al temido tirador, quien se conoció que podría tener entrenamiento militar.
El hombre fue arrestado en el interior de una vivienda en Conroe, Montgomery, Texas, donde se escondía de la justicia. Los demás ocupantes de la casa están siendo interrogados acerca del parentesco que tienen con él y por qué le ofrecieron refugio al buscado asesino.
En las últimas horas también se supo que Oropeza, de 38 años, había sido deportado cuatro veces hacia su país antes de cometer el crimen múltiple y que además tenía antecedentes por conducir ebrio en Estados Unidos, en enero de 2012.
Incansable búsqueda
Desde la noche que sucedió el asesinato, unos 200 policías buscaban al entonces prófugo de la justicia. Se realizó el allanamiento de su casa, donde se hallaron varias armas, y se “peinaron” todas las zonas aledañas a la comunidad, pero el único rastro que dejó fue la ropa que habría usado al momento del ataque, la cual dejó tirada en una zona de difícil acceso para no ser rastreado.
Inicialmente la Oficina del Sheriff ofreció una recompensa de cinco millones de dólares para quien brindara información del fugitivo y con el paso del tiempo y ante la falta de noticias, el FBI también ofreció otros 80 mil dólares.
Las autoridades confirmaron que Oropeza fue encontrado gracias al reporte de un ciudadano, por lo que el sheriff agradeció su colaboración para con la comunidad y por contribuir para darle un poco de justicia a los sobrevivientes y al resto de familiares en Honduras.
Más temprano, algunos parientes narraron lo traumática que ha sido para ellos la situación, al punto que la familia Rivera-Guzmán no ha vuelto a poner un pie en la casa donde todo ocurrió, pues no logra sacar de sus mentes las duras imágenes y no hay palabras que consuelen a los esposos e hijos de las víctimas.
En el hecho violento perdieron la vida José Jonathan Cáceres, de 18 años, Diana Velásquez (22), Obdulia Molina Rivera (29), Sonia Argentina Guzmán (28) y su hijo, Daniel Guzmán (9)
De acuerdo a los relatos de los sobrevivientes, Francisco Oropeza estaba realizando disparos al aire la noche del viernes 28 de abril, por lo que preocupados por su integridad física y porque sus hijos no podían conciliar el sueño a causa de las detonaciones, los hondureños llamaron a la Policía para que acudiera a controlar la situación, pero las autoridades no llegaron a tiempo.
Eso orilló a Wilson García -esposo de Sonia y padre de Daniel- a acercarse a la valla que separaba su casa con la del conflictivo vecino y pedirle que no disparara cerca de su propiedad, pues su bebé de dos meses de nacido intentaba dormir. El asesino se negó y minutos después ingresó al hogar de los catrachos y les disparó.