A sus 63 años, el hondureño oriundo de Santa Rosa de Copán, recuerda como si fuese ayer su travesía rumbo al 'sueño americano', se movilizaba gracias a 'jalones' de personas que circulaban por la zona, pedía posada en iglesias y centros comunales, pasó un día completo caminando por las vías del tren 'La Bestia' y su estómago vacío le obligaba a trabajar en mercados y bananeras del sector.
López solo quería salir adelante y encontrar un mejor futuro en tierras extranjeras. La aventura la vivió junto a su hermano Oscar López, pero tiempo después cada quien siguió su rumbo.
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Cruzar a Estados Unidos se dificultaba cada vez más para el hondureño, por lo que decidió quedarse unos días en México y buscar un trabajo que le permitiera llevar una vida digna.
'Encontré trabajo en un taller de pintura y enderezado de vehículos, pero sufrí de discriminación, me decían que cómo es que un hondureño venía a quitarle el pan a un mexicano', recordó.
Sin embargo, Ángel demostró de lo que era capaz, de ser un 'hojalatero', se convirtió en supervisor en control de calidad de los procesos de reparacion de vehículos en enderezado y pintura.
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Familia
Tras una larga estadía en México, el hondureño conoció al amor de su vida: María del Rosario, una mexicana con la que se casó en Honduras y que se convirtiría en el motor para cumplir sus metas en el país vecino.Se hicieron padres, su 'sueño americano' había desaparecido. Solo quería criar a sus hijos de la mejor forma y poner su empeño para seguir creciendo profesionalmente. Actualmente sus hijos tienen 23 y 30 años, el catracho reveló que 'son su mayor bendición'.
Uno de los mayores desafíos que enfrentó López fue la muerte de su padre, ya que -como muchos migrantes- le fue imposible regresar para despedirlo. No obstante, su recuerdo sigue latente en su corazón.
Años después, el gobierno mexicano le brindó sus papeles en regla, de modo que obtuvo su nacionalidad mexicana y hondureña.
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'La casa del abuelo'
El hondureño trabajó durante 18 años en el rubro automotríz, se jubiló, pero fue durante el 2020 que decidió convertirse en un emprendedor junto a su familia debido a la pandemia de covid-19 que azotó el mundo.El ingenio del catracho le hizo posible abrir un negocio al que llamó 'La casa del abuelo', donde vende diversos tipos de repostería que se fue ampliando con el tiempo.
Charamuscas o topogigios, nachos, duritos, paletas, elotes, churros preparados, frutas dulces o saladas, tostadas, chocobananos y diversos postres engalanan el menú del hondureño, todos son productos gourmet con distintas combinaciones fuera de lo común que prometen una experiencia auténtica en los comensales.
'La casa del abuelo' se ubica en Rodeo 221 Hacienda Los Portales 66147 Santa Catarina, Monterrey, Nuevo León, Mexico y pueden contactarlo al +52 1 81 1531 1527.
Los precios rondan desde los 5 hasta los 50 pesos mexicanos, cuentan con servicio a domicilio y las redes sociales han sido el mecanismo perfecto para abrirse paso.
Definitivamente, Ángel López es ejemplo a seguir por su perseverancia y entrega ya que a su edad demuestra que nada es imposible, que los planes pueden cambiar, mejorar y que la última palabra sin duda la tiene Dios.
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