Arizona, Estados Unidos.- Haciendo una señal de cruz en la árida tierra y persignándose para montar un gigantesco toro, el hondureño Marcio Zapata se prepara para dar un espectacular show de jaripeo frente a decenas de personas que aplauden y gritan ante semejante hazaña.
Arriesgando su vida, pero siempre buscando guardar su integridad física con un chaleco, espuelas y casco, Zapata se monta en el animal de más de 500 kilos y lo monta por más de un minuto.
Después de aferrarse con todas sus fuerzas al pesado animal, cae al suelo y sabe que esos segundos son decisivos entre vivir y seguir haciendo lo que más le gusta o ser recordado por su pasión.
Y es que hace más de 6 años dejó su vida, sus toros y todo lo que una vez conoció en Honduras para emigrar hacia Estados Unidos en busca del “sueño americano”.
Al llegar a Arizona, Marcio llegó al lugar correcto, al lugar que soñó y que hoy es su hogar, para seguir haciendo lo que más le gusta... montar.
“Aprendí el jaripeo por gusto de montar, poco a poco fui conociendo amigos que sabían más de esta disciplina, poco a poco he ido superando”, afirmó en entrevista con EL HERALDO, al recordar que desde hace 4 años está realizando jaripeo, no solo para él, también para entretener a los demás.
Afirmó que la constancia lo ha llevado a representar al rancho donde trabaja en rodeos.
“Al principio no era tan saltante o en las caídas poco a poco hemos ido subiendo un poquito y gracias al apoyo de estos amigos ganaderos que me han apoyado mucho, me han aceptado y estoy muy agradecido con ellos”, rememoró.
Conocido en el mundo del rodeo como el “Zapata de Honduras”, Marcio aseguró que no práctica a diario, pues debe trabajar para vivir, como lo hacen los miles de migrantes que viven en esta nación.
“Es muy raro el jinete que se dedique exclusivamente a practicar (al menos los que conoce en su entorno), pero cada vez que podemos lo practicamos; correr un poco, hacer ejercicio un poco y cuando hay oportunidad de toros más leves, practicar lo más que uno pueda”, aseguró.
Zapata asegura que aun con la práctica guarda sus precauciones y busca “hacerlo de la mejor manera, con la mayor seguridad”.
“La tirada al toro es lo más difícil, son mínimas (milésimas) de segundo que uno tiene que ganarle al toro para que caer bien sentado y poner bien las espuelas”, mencionó.
Reveló que aunque nunca ha sufrido una lesión grave, o al menos una que lamentar, siempre se encomienda a Dios. “Yo siempre confío en Dios. He montado muchos toros y gracias a Dios nunca he tenido una lesión de la cual yo me lamente”, sostuvo con una gran sonrisa de satisfacción en su rostro.
Originario de Cortés, Marcio Zacapa lamenta, aunque ha encontrado su pasión, haber dejado Honduras por la falta de oportunidades.
“Todos sabemos que allá es muy difícil de superarse, la mayoría sabe, somos pobres, se nos hace muy difícil superarnos”, aseguró.
Así como Marcio, muchos hondureños dejan a diario Honduras por la falta de oportunidades y buscan hacer sus sueños realidad en una nación que les abre las puertas y les da nuevas esperanzas de vida.