Una hondureña que fue víctima de violencia doméstica en el país y que lleva seis meses refugiada en una iglesia de Utah, Estados Unidos, con sus dos hijas afirma que no cederá en sus intentos de pedir asilo en el país, pese a la insistencia de las autoridades de que ha agotado todas las instancias.
Vicky Chávez dijo a reporteros la noche del lunes que espera ser la voz de otras mujeres que han sido víctimas de violencia doméstica.
Chávez huyó de Honduras cuatro años atrás por el temor que le tenía a su novio abusivo.
Los jueces de inmigración varias veces le han denegado sus solicitudes de asilo. Ahora ha pedido ayuda a un tribunal federal de apelaciones, aunque es poco probable que prospere esa gestión.
Chávez y sus hijas, Yaretzi, de 6 años, e Issabella, de 11 meses, no salen de la iglesia First Unitarian Church en Salt Lake City por temor a que agentes de inmigración las detengan y las deporten a Honduras.
Carl Rusnok, portavoz del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), dijo que Chávez ha violado las leyes de inmigración, que ha recibido órdenes de salir del país, y que ha agotado todas las apelaciones disponibles.