NUEVO LEÓN, MÉXICO.- Como hondureña y originaria del municipio de Villanueva, en el departamento de Cortés, fue identificada la bebé de apenas cinco meses, que murió tras caer del tren de carga conocido como “La Bestia”.
La bebé fue identificada como Emma Dayana Portillo Centeno, quien quedó tendida a varios metros de distancia del lugar donde resultaron heridos sus padres.
El lamentable hecho se registró en el municipio de El Carmen, Nuevo León, en México, pero a miles de kilómetros de distancia, sus abuelos tenían un “mal presentimiento”.
El incidente dejó también a los connacionales, Lourdes Guadalupe Centeno (25 años) y Josué Alberto Portillo Martínez (22 años), gravemente lesionados.
Tras salir de su hogar, por la falta de empleo y con el fin de mejorar la calidad de vida, Lourdes Centeno y Josué Portillo partieron a Estados Unidos, dejando en completa angustia a sus abuelos, Arturo Bueno y doña Enma.
Los progenitores de Josué, como si estuvieran preparados para lo peor, les aconsejaron que cuidaran a la niña, pues eran conscientes de los peligros que se enfrentarían al abordar el también llamado “tren de la muerte”.
Don Arturo recreó la dolorosa escena y explicó que la muerte de su nieta se dio, pues su madre “no pudo sujetar bien” a la bebé, quien cayó y perdió la vida al ser atropellada por el pesado tren.
Narró que los tres compatriotas cayeron y fueron impactados por la estructura del ferrocarril, resultando en la muerte de la pequeña y dejando a los adultos, bajo los vagones, con lesiones graves.
“Él la recogió pero fue el último suspiro en los brazos de él, ellos salieron golpeados y ahí están ellos, sufriendo golpes porque la muchacha está quebrada, él recibió un golpe, le duele todo el cuerpo”, explicó el dolido abuelo.
Asimismo recordó que la noticia le impactó demasiado a tal punto que prefería no contarle a su esposa, quien se dio cuenta de la trágica muerte de su nieta por otros familiares.
Por su parte, doña Enma, a pesar que no quería que su hijo emprendiera el riesgoso viaje, era consciente que la situación económica de su hogar “era difícil”, pues recordó que su vástago no tenía empleo y no podían correr con los gastos del hogar.
“Cuando yo conseguía, comíamos y cuando no, solo era para darle a los niños porque acá no hay empleo, él no tenía empleo ni tan siquiera de lavar carros entonces por eso decidió irse”, recordó la acongojada abuela.
Recordó también la preocupación que sintió como madre al sentir que algo malo podía haberle pasado a su familia y en la dolorosa travesía que padecen miles de hondureños.
“Sentía angustia en mi corazón, llamé otro hijo y le dije que me sentía mal mi corazón, sentía este presentimiento de algo malo”, recordó.
Los dolidos familiares solicitan que la bebé sea trasladada a Honduras para darle cristiana sepultura, así como sus parientes puedan ser curados de sus heridas.
Del mismo modo, piden a las autoridades la oportunidad de una visa para emprender el viaje de forma segura.
Aseguran que en el país regresan a vivir en “pobreza extrema”, por lo que se ven obligados a cumplir el “sueño americano” que se convirtió en tragedia por la muerte de la menor.