El sitio donde reposa la mujer es una edificación de metal donde hay otros dos pedazos de colchones pegados, tapados con delgadas sábanas que en algún momento fueron blancas, pero ahora están curtidas de polvo.
En el espacio hay suciedad, excremento de personas en el suelo y también en las paredes, que de paso están rayadas de grafiti con mensajes populistas o frases obscenas, mucha ropa sucia dispersa, latas y botes en un panorama deprimente.
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A la escena se le suman cuatro máquinas registradoras de tres barras -chequeadoras- oxidadas por el paso del tiempo que fueron instaladas para medir el flujo de personas que abordarían los buses articulados del Sistema de Transporte Masivo, llamado Trans 450.
La edificación de metal donde pasan sus días los indigentes está ubicada en el bulevar Centroamérica, a inmediaciones de la colonia Kennedy.
El espacio abandonado fue construido como una estación donde abordarían o bajarían las personas que se movilizarían en los Buses de Transporte Masivo (BTR) del Trans 450, pero fue profanado por personas de la calle que le sacan provecho a su conveniencia ante el desuso en el que lo dejaron las autoridades.
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Millonario pago
El proyecto que ahora es el hogar de varios indigentes lo gestionó Honduras por medio de préstamos y aportes de la Alcaldía de Tegucigalpa que sumados alcanzaron los 58 millones de dólares (1,450 millones de lempiras), en un endeudamiento que alcanza los 30 años.La idea original era brindar a los capitalinos un sistema de transporte seguro y económico que les permitiera movilizarse y para eso se endeudó a todos los hondureños de los 18 departamentos.
El Banco Interamericano de Desarrollo ( BID) concedió un préstamo de 30 millones de dólares al gobierno hondureño para la ejecución del proyecto, mientras que el Banco Centroamericano de Integración Económica ( BCIE) dio un crédito de 10 millones de dólares.
Como en toda deuda, sin importar si los fondos fueron utilizados de buena manera o no -la Alcaldía Municipal del Distrito Central ejecutó casi todos los fondos-, el prestamista comenzó a cobrar el dinero a los hondureños.
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EL HERALDO evidenció, por medio de una solicitud de información a la Secretaría de Finanzas ( Sefin), que Honduras ha pagado 340 millones de lempiras por los préstamos que dieron vida al Trans 450.
Mediante el documento Oficio DT-OIP-0188-08-2021, Sefin emitió respuesta a la solicitud de información pública No. 0257-2021, donde se requería contestar: “¿Cuánto dinero ha pagado Honduras por el convenio o contrato de préstamo con el BCIE para el Programa Transporte Público para el Distrito Central ( Trans 450)?, detallar por cuota e intereses a la fecha”.
Igualmente, se preguntó: “¿Cuánto dinero ha pagado Honduras por el convenio o contrato de préstamo con el BID para el Programa Transporte Público para el Distrito Central ( Trans 450)?, detallar por cuota e intereses a la fecha”.
Sefin detalló que en el caso del préstamo BCIE 2130, firmado el 17 de enero de 2014 por 10 millones de dólares con un plazo de 15 años, el gobierno ha pagado un total de 3.8 millones de dólares (94.3 millones de lempiras ).
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En el desglose de pago se evidenció que 2.1 millones de dólares (53.2 millones de lempiras) fueron a parar al capital, 1.69 millones de dólares (40.5 millones de lempiras) a intereses y 25 mil dólares (540 mil lempiras) en comisiones.
En el caso del préstamo BID 2465/BL-HO, firmado el 30 de noviembre de 2010 por 30 millones de dólares por un plazo de 30 años, el pueblo hondureño por medio del gobierno ha cancelado 10.4 millones de dólares (245.7 millones de lempiras).
Sefin detalló que cuatro millones de dólares ( 97.1 millones de lempiras) fueron a la cuenta principal, 6.2 millones de dólares (145.5 millones de lempiras) a intereses y 151 mil dólares (tres millones de lempiras) en comisiones.
En el Trans 450 también se gestionaron otros ocho millones de dólares con el Fondo OPEP para el Desarrollo Internacional (OFID, por sus siglas en inglés), que también se están pagando mensualmente.
Hay que incluir que la Alcaldía como tal dispuso de otros 10 millones de dólares para el proyecto, de los cuales 3.6 millones de dólares ya habían sido ejecutados en 2017.
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EL HERALDO confirmó que la mayoría de los fondos anteriores ya fueron ejecutados, por lo que se busca nuevos financiamientos para poder echar a andar el proyecto.
Actualmente los trabajos en el Trans 450 están activos en algunos frentes, pero con poco personal.
El diseño de la obra ha sufrido innumerables modificaciones que van desde la destrucción de carriles para los BTR hasta desmontar algunas de las cabinas.
EL HERALDO recorrió los bulevares Suyapa y Centroamérica para verificar qué obras se están haciendo; en el caso de la Kennedy se están construyendo nuevas casetas.
El patio-taller siempre se ha mantenido paralizado, sufrió varias disputas, pues su ubicación se ha cambiado en diferentes oportunidades.
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En el recorrido se constató que las casetas construidas están completamente abandonadas, en el caso de la Kennedy son ocupadas por indigentes que las habilitaron con colchones viejos y sillas.
Por su parte, las casetas ubicadas a inmediaciones del Hospital Escuela están siendo utilizadas por parientes de enfermos que no tienen dónde dormir mientras esperan noticias o el alta de sus seres queridos que reposan internos.
Los carriles por donde pasarían los BTR fueron destruidos desde hace años atrás y son utilizados para el paso de los vehículos y buses capitalinos.
A la obra fallida se le sigue inyectando dinero a pesar de que no se ha logrado habilitar.
El panorama del Trans 450 es el mismo desde que inició: se habla de culminarlo, pero nadie sabe cuándo se concretará el proyecto.