La gran diferencia es que en 2014 estalló una problemática de menores procedentes de Centroamérica que viajaban solos a Estados Unidos -y que derivó en el hacinamiento de estos niños en los centros de detención-, mientras que desde finales de 2018 se reporta un desplazamiento masivo de familias en caravanas.
Los datos de la Patrulla Fronteriza permiten medir hasta cierto punto el impacto de estas caravanas. En lo que va del año fiscal 2019 -que corresponde de octubre de 2018 a marzo de 2019- se reporta la aprehensión en la frontera de unas 72,700 familias hondureñas.
Este número, que apenas corresponde a medio año, casi duplica a todo el reporte del año fiscal del 2018, cuando se registró la detención de aproximadamente 39,400 hogares hondureños y que dicha cifra también había supuesto un récord de capturas.
Y también es tres veces más -lo sobrepasa incluso- a lo reportado en los años fiscales del 2016 y 2017 de Estados Unidos.
La actualización de este reporte coincide con la salida de una nueva caravana de migrantes desde el norte de Honduras. En México, las autoridades la calificaron como la “madre de todas las caravanas” con posibilidad de sumarse 20,000 personas, aunque no hay evidencia que permita saber la cantidad de individuos que conforman el grupo.
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Una bola de nieve
La crisis migratoria se mueve al ritmo de una bola de nieve. Cada mes, la Patrulla Fronteriza ha venido reportando récord de detenciones. Los agentes también detectaban cada semana grupos enormes de indocumentados que cruzaron la frontera. Y en marzo del 2019 se llegó a niveles históricos en cuanto a migración de centroamericanos.
Para tener claro esa magnitud, solo en marzo fueron detenidas unas 21,000 familias hondureñas, que corresponde a casi la misma cantidad de detenciones de hogares procedentes de Honduras registrada en el año fiscal del 2016.
Falta por ver cómo impactará la salida de la última caravana de migrantes. A ello se suma que México ya determinó ser más selectivo en dar las visas humanitarias que ayudan a que los emigrantes tengan libre tránsito.
La preocupación es que esa bola de nieve también esconde un problema que se supone se tuvo que resolver en 2014: los niños que viajan solos.
Entre 2015 y 2018, la cantidad de menores no acompañados detenidos bajó con respecto a 2014, cuando estalló la primera crisis y llegaron a custodia de la Patrulla Fronteriza 18,200 niños hondureños.
Por un momento, los analistas pensaron que el perfil de los migrantes estaba cambiando: de niños solos a familias enteras. El argumento era avalado por los números, ya que mientras incrementaba poco a poco el caso de los hogares, a veces bajaba la situación de los infantes.
Sin embargo, en 2019 se puede avizorar por primera vez que se pueden repetir los números de menores no acompañados del 2014. En el año fiscal del 2019 ya se han detenido 9,100 niños hondureños que viajan solos. Es decir, casi 1,500 menores detenidos por mes, el mismo promedio del 2014.
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