'Tenemos entre 1.000 y 1.200 desaparecidos, es una cifra muy alta pero también están apareciendo personas con vida, muchos están presos', dijo a la AFP José Dolores Suazo, de 49 años, hermano de Fabricio Anahel, quien tenía 40 cuando murió en el riesgoso trayecto migratorio al norte.
Suazo coordina el Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos del Centro de Honduras (Cofamicenh), una de las cuatro organizaciones hondureñas que registran a las personas que desaparecieron por buscar el 'sueño americano'.
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Cofamicenh, que tiene 160 familias afiliadas, fue constituido en 2014 con parientes de víctimas de la masacre de Cadereyta, en el estado mexicano de Nuevo León, donde 49 migrantes habían sido ejecutados dos años antes por miembros del cartel narcotraficante Los Zetas.
Las cuatro agrupaciones hondureñas coordinan con organizaciones similares de México, como el Movimiento Mesoamericano, para buscar en los cementerios clandestinos, en las calles, en las cárceles o donde se puedan encontrar.
Colaboran con ellos miembros del Equipo de Antropólogos Forenses de Argentina.
Según Suazo, los argentinos ayudan a las labores de identificación con pruebas de ADN y uniendo el rompecabezas que dejaron los cuerpos desmembrados en Cadereyta, incluyendo el de su hermano. 'Nos entregaron el torso, los brazos y las piernas. Falta el cráneo', lamentó.
Los restos sin cráneos de diez hondureños de la masacre de Cadereyta fueron repatriados por la cancillería ante gestiones de los familiares.
Suazo relató que su hermano emigró en abril de 2012. La última comunicación que tuvo con él fue entre el 5 y 6 de mayo cuando estaba en Nuevo Laredo, México. Los restos fueron encontrados una semana después y luego fueron identificados por los miembros del equipo argentino.
Cuatro forenses argentinos trabajaron durante una semana en junio pasado en La Paz, 40 km al norte de Tegucigalpa, para tomar muestras de sangre de familiares de migrantes desaparecidos.
La mexicana Carmen Osorno, quien colabora con el equipo aunque su especialidad son las relaciones internacionales, dijo a la AFP que integrantes de Cofamicenh contactaron a miembros de 60 familias de diferentes zonas de Honduras para recabar las pruebas.
Osorno explicó que el equipo tiene un registro de 1.290 fichas post mórtem de desaparecidos, entre hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos, en un trabajo que denominan 'Proyecto Frontera', por la zona donde trabajan, entre México y Estados Unidos.
Las pruebas de ADN que recogen en Honduras sirven para contrastar y ver si pueden identificar a algunos de los restos.
'En el contexto migratorio que tiene que ver con Centroamérica, México y Estados Unidos, el Proyecto Frontera, que empezó en el 2009, ha logrado la identificación de 198 personas', detalló la experta.
La mayoría de las identificaciones han sido a través de ADN o información de la familia, indicó.
Ayuda a las familias
Otra integrante del equipo, la argentina Virginia Urquisu, dijo que han encontrado mucho agradecimiento de los familiares que buscan desaparecidos.
'Abrimos una posibilidad de búsqueda' a las familias porque 'nuestro objetivo es brindarle al familiar una herramienta más para que pueda transitar por esta pérdida', destacó.
Suazo lamentó que las multitudinarias caravanas migratorias hacia Estados Unidos que comenzaron en octubre pasado han provocado un aumento en el número de desaparecidos. Desde entonces, el comité que lidera recibe a un promedio de dos personas por semana en busca de algún familiar.
Miles de hondureños y otros centroamericanos emprenden la riesgosa trayectoria migratoria a Estados Unidos para huir de la pobreza y la violencia en sus comunidades, con la expectativa de encontrar mejores oportunidades en el país norteamericano.
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La ola de migrantes provocó una airada reacción del presidente estadounidense Donald Trump, quien llegó a militarizar la frontera de su país con México y pidió cortar la ayuda a los países centroamericanos, tras acusarlos de no tomar acciones para contener la salida de los migrantes.
'Esa campaña de xenofobia causa aumento en las cifras de desaparecidos. Dicen que los migrantes son violadores, los criminalizan', deploró el activista humanitario.