Con su mochila en el lomo, cargado con sueños e ilusiones, un joven hondureño emprendió un largo viaje en busca del “sueño americano”, sin imaginarse que al subirse a “La Bestia” su mundo se haría pedazos.
En su largo camino, Andrés Castro, originario de San Pedro Sula, al norte de Honduras, con lágrimas rodando por sus ojos habló en el programa estadounidense Primer Impacto de Univisión solo unos días antes de que “el tren de la muerte” amputara una de sus piernas y acabara con sus sueños.
Tras el hecho, el compatriota fue trasladado hasta un hospital mexicano, donde estuvo varios días en coma luego de someterse a diversas cirugías después de que la desgracia le saliera al paso en su intento de lograr el “sueño americano”.
“Cuando me pasó el accidente… cuando yo quise tomar el tren, iba demasiado rápido. Yo lo agarré, pero tenía lizas las manos y caí en la villa”, relató el hondureño al noticiero que se transmite a nivel mundial.
Según el joven, cuando “La Bestia” le mutiló su pierna sintió un escalofrío en todo el cuerpo. “Me agarré la pierna, lo primero que pensé fue en mi familia, mi mamá, mis hermanas y en mi hija, que ya no voy a poder ayudarle”, lamentó el hombre mientras un enorme nudo de tristeza se apoderaba de su garganta.
La madre y la hermana de este humilde hondureño se desgarran entre las lágrimas al ver a su hijo y hermano en las condiciones en que lo dejó un lamentable pasado por aventurarse en el largo camino hacia tierras gringas.
Andrés dijo ser una persona feliz por tener a una hermana y una familia tan bella. 'Feliz también porque estuve al borde de la muerte y fui rescatado por los médicos en México”, concluyó el joven, dándole un fuerte abrazo a su madre.
