CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO.- México no firmó un acuerdo con Estados Unidos para que los migrantes que soliciten refugio en ese país permanezcan en territorio mexicano durante el proceso legal de evaluación, aclaró enfático este viernes el
canciller Marcelo Ebrard.
'Ni hemos firmado un tratado, ni lo vamos a hacer, ni se va a hacer todo el procedimiento de asilo en México', aseveró Ebrard en la conferencia diaria del presidente izquierdista, Andrés Manuel López Obrador.
Washington anunció el jueves que enviará de regreso a México a los migrantes que ingresen por su frontera sur para solicitar asilo mientras la justicia resuelve sus casos.
Algunos sectores mexicanos interpretaron que el gobierno de López Obrador había firmado un tratado con Washington para la creación de un 'Tercer Estado Seguro', concepto diplomático que refiere a que un solicitante de asilo realiza el trámite desde un país que no es al que está destinado el pedido.
'México no aceptaría ese tratado porque se lo hemos dicho (a las autoridades de Estados Unidos) en muchas ocasiones', comentó el secretario de Relaciones Exteriores.
Agregó que este viernes pedirá más detalles a Estados Unidos sobre su decisión, para luego fijar una 'posición más precisa' al respecto el próximo lunes.
Poco después del anuncio del gobierno de Donald Trump el jueves, el gobierno mexicano dijo que garantizará los derechos de los migrantes que sean enviados a su territorio mientras se tramita su solicitud de asilo, pero aclaró que su país no va a aceptar deportados por Estados Unidos.
México 'garantizará que las personas extranjeras que hayan recibido su citatorio gocen plenamente de los derechos', dijo en Washington José Antonio Zabalgoitía, encargado de negocios de la embajada mexicana en la capital estadounidense.
Se trató de una primera respuesta 'humanitaria, no (...) política', pero 'México tendrá que definir si a esas personas las deporta o las acepta porque no es un tratado', dijo Ebrard.
La decisión del gobierno de Trump se produce tras la llegada a la frontera con México de miles de centroamericanos que atravesaron el territorio mexicano en caravanas, huyendo de la pobreza y violencia, con la esperanza de que Estados Unidos les brinde refugio.
Al menos unos 4,000 permanecen estacionados en la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana.
El martes México y Estados Unidos anunciaron una millonaria inversión para el desarrollo en el sur mexicano así como en Guatemala, El Salvador y Honduras, con el objetivo de frenar la creciente migración hacia territorio estadounidense.
Estados Unidos destinará 4.800 millones de dólares -provenientes de recursos públicos y privados- en México, incluyendo 2.000 millones para el sur mexicano.
'Ni hemos firmado un tratado, ni lo vamos a hacer, ni se va a hacer todo el procedimiento de asilo en México', aseveró Ebrard en la conferencia diaria del presidente izquierdista, Andrés Manuel López Obrador.
Washington anunció el jueves que enviará de regreso a México a los migrantes que ingresen por su frontera sur para solicitar asilo mientras la justicia resuelve sus casos.
Algunos sectores mexicanos interpretaron que el gobierno de López Obrador había firmado un tratado con Washington para la creación de un 'Tercer Estado Seguro', concepto diplomático que refiere a que un solicitante de asilo realiza el trámite desde un país que no es al que está destinado el pedido.
'México no aceptaría ese tratado porque se lo hemos dicho (a las autoridades de Estados Unidos) en muchas ocasiones', comentó el secretario de Relaciones Exteriores.
Agregó que este viernes pedirá más detalles a Estados Unidos sobre su decisión, para luego fijar una 'posición más precisa' al respecto el próximo lunes.
Poco después del anuncio del gobierno de Donald Trump el jueves, el gobierno mexicano dijo que garantizará los derechos de los migrantes que sean enviados a su territorio mientras se tramita su solicitud de asilo, pero aclaró que su país no va a aceptar deportados por Estados Unidos.
México 'garantizará que las personas extranjeras que hayan recibido su citatorio gocen plenamente de los derechos', dijo en Washington José Antonio Zabalgoitía, encargado de negocios de la embajada mexicana en la capital estadounidense.
Se trató de una primera respuesta 'humanitaria, no (...) política', pero 'México tendrá que definir si a esas personas las deporta o las acepta porque no es un tratado', dijo Ebrard.
La decisión del gobierno de Trump se produce tras la llegada a la frontera con México de miles de centroamericanos que atravesaron el territorio mexicano en caravanas, huyendo de la pobreza y violencia, con la esperanza de que Estados Unidos les brinde refugio.
Al menos unos 4,000 permanecen estacionados en la ciudad mexicana fronteriza de Tijuana.
El martes México y Estados Unidos anunciaron una millonaria inversión para el desarrollo en el sur mexicano así como en Guatemala, El Salvador y Honduras, con el objetivo de frenar la creciente migración hacia territorio estadounidense.
Estados Unidos destinará 4.800 millones de dólares -provenientes de recursos públicos y privados- en México, incluyendo 2.000 millones para el sur mexicano.