El primer tiroteo 'fue un acto de cobardía' y 'no hay razones o excusas que justifiquen matar a personas inocentes', escribió.
Las reacciones por parte de otros líderes políticos no se hizo esperar, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que tres mexicanos murieron en ese ataque, en tanto la Cancillería de ese país informó de seis heridos.
López Obrador dio sus condolencias y lamentó 'este hecho, conozco El Paso, Texas, sé que es un lugar muy pacífico, de los condados con menos violencia en Estados Unidos'.
El Paso cuenta con 680,000 habitantes, el 83% de los cuales hispanos, según datos de 2018, y durante el último lustro registró un promedio de 18 homicidios al año, una tasa de homicidios baja en comparación con otras ciudades de tamaño similar.
El Salvador también se sumó a las condolencias por los muertos los tiroteos y dijo condenar 'las expresiones xenófobas del perpetrador contra la comunidad latina en Estados Unidos'.
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Regulación de armas
Los dos ataques se suman a los 251 tiroteos masivos que ha sufrido el país, según datos de la ONG Gun Violence Archive.
Después de la tragedia de El Paso, numerosas voces se han alzado para reclamar una regulación más estricta del mercado de las armas al presidente Donald Trump.
Joe Biden también reaccionó y exigió que 'es hora de actuar y poner fin a esta epidemia de violencia relacionada con las armas'. Biden es uno de los favoritos para convertirse en candidato demócrata a la Casa Blanca.
En Estados Unidos la portación de armas es legal, lo que facilita regularmente tiroteos en escuelas, así como en lugares de culto, trabajo y entretenimiento.
Solo cinco días antes, el martes, otras dos personas murieron y un policía resultó herido en una tienda en Misisipi, mientras que el domingo pasado un hombre mató a tres personas, incluido un niño de seis años, en un festival gastronómico en Gilroy, California.