Enfurecidos por la muerte de nueve manifestantes a bala el viernes, presuntamente a manos de la fuerza pública, seguidores de Morales que llevaban whipalas -bandera indígena- y banderas de Bolivia intentaron entrar a la ciudad desde el municipio vecino de Sacaba.
VEA: Dos muertos al hundirse un puente en Francia
Sin embargo, fueron dispersados violentamente a la entrada de Cochabamba.
Un equipo de la AFP vio a los uniformados lanzar bombas lacrimógenas y avanzar con un vehículo blindado sobre la multitud, que respondía con piedras.
En su repliegue los campesinos prendían fuego a las barricadas que desde temprano habían montado sobre la vía.
Al menos siete manifestantes fueron detenidos por uniformados en moto y otro quedó herido en la cabeza al parecer por el impacto de una piedra.
Atrás de los policías iban piquetes de soldados antimotines y algunos de ellos portaban fusiles.
La protesta que exige la salida de la presidenta interina Jeanine Áñez fue disuelta tras varias horas de tensión. 'Aquí nadie tiene armas, pero nos gasearon', se quejó Ronald Cruz, de 37 años.
ADEMÁS: Procesan a miembros de 'La Manada' por otro caso de violación
'Vamos a seguir intentando llegar (a Cochabamba) hasta que lo logremos. Aquí nadie se rinde', dijo el campesino en medio de la multitud que se concentró de nuevo a varios kilómetros del punto de ingreso a Cochabamba.
Desde que estalló la crisis en Bolivia han muerto 23 personas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha denunciado el uso desproporcionado de la fuerza por parte de policías y militares.
El 10 de noviembre Morales renunció a la presidencia, que ejerció por casi 14 años, presionado por las protestas de opositores que denunciaron un fraude en las elecciones del 20 de octubre, en las que el líder indígena buscaba un nuevo mandato.
El entonces gobernante perdió el apoyo del mando militar y policial, y se exilió en México tras asegurar que fue víctima de un golpe de Estado.
La OEA encontró irregularidades en los comicios que precipitaron la caída de Morales y su sustitución por Áñez, hasta entonces senadora de oposición y quien prometió pacificar el país y llamar a elecciones.
