ROMA, ITALIA.- Por primera vez en la historia milenaria de la
Iglesia católica, el papa rezó este viernes en solitario ante la inmensa plaza vacía de
San Pedro e instó al mundo a 'remar junto' contra la
pandemia de coronavirus.
La imagen del jefe de la Iglesia católica que reza solo ante la inmensa explanada por el fin de la guerra contra un enemigo invisible que ha causado más de 25,000 muertes hasta ahora, resultaba casi cinematográfica.
Ante el dramático momento que vive la humanidad, el papa Francisco decidió dar una bendición extraordinaria, la misma que los pontífices suelen impartir solo el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua, fechas en que se recuerda el nacimiento y la muerte de Jesús.
Sin embargo, llamó mucho la atención el antiguo crucifijo que se encontraba a un costado del Santo Padre, mismo al que le rezó y besó para pedir por el fin del coronavirus en el mundo entero.
La imagen de Jesús crucificado fue llevado hasta la Plaza de San Pedro por segunda vez en la historia para pedir un nuevo 'milagro'.
En una alusión al importante papel de la Iglesia católica durante las pestes que azotaron a Europa en el pasado, el papa salió el pasado 15 de marzo del Vaticano para rezar ante el crucifijo de la iglesia romana de San Marcello, pero en esta ocasión, fue llevada la imagen de Jesús crucificado hasta la Plaza de San Pedro.
Pero ¿cuál es su importancia? El antiguo y milagroso crucifijo quedó intacto durante un incendio en la iglesia San Marcello en 1519. El edificio completo quedó en cenizas, pero el crucifijo intacto en el altar principal iluminado por una lámpara de aceite que seguía encendida.
Los creyentes aseguraron que se trataba de un milagro y comenzaron a reunirse todos los viernes en el lugar para rezar.
Para el año 1922, fue sacado durante la 'Gran Plaga' en Roma para invocar el fin de la peste que la asolaba, por lo que se considera 'milagroso'. Cuando el Crucifijo regresó a la iglesia de San Marcello la plaga había terminado y los romanos se habían salvado.
La imagen del jefe de la Iglesia católica que reza solo ante la inmensa explanada por el fin de la guerra contra un enemigo invisible que ha causado más de 25,000 muertes hasta ahora, resultaba casi cinematográfica.
Ante el dramático momento que vive la humanidad, el papa Francisco decidió dar una bendición extraordinaria, la misma que los pontífices suelen impartir solo el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua, fechas en que se recuerda el nacimiento y la muerte de Jesús.
Sin embargo, llamó mucho la atención el antiguo crucifijo que se encontraba a un costado del Santo Padre, mismo al que le rezó y besó para pedir por el fin del coronavirus en el mundo entero.
La imagen de Jesús crucificado fue llevado hasta la Plaza de San Pedro por segunda vez en la historia para pedir un nuevo 'milagro'.
Vea aquí: La bendición del Papa al mundo confinado por coronavirus
En una alusión al importante papel de la Iglesia católica durante las pestes que azotaron a Europa en el pasado, el papa salió el pasado 15 de marzo del Vaticano para rezar ante el crucifijo de la iglesia romana de San Marcello, pero en esta ocasión, fue llevada la imagen de Jesús crucificado hasta la Plaza de San Pedro.
Pero ¿cuál es su importancia? El antiguo y milagroso crucifijo quedó intacto durante un incendio en la iglesia San Marcello en 1519. El edificio completo quedó en cenizas, pero el crucifijo intacto en el altar principal iluminado por una lámpara de aceite que seguía encendida.
Los creyentes aseguraron que se trataba de un milagro y comenzaron a reunirse todos los viernes en el lugar para rezar.
Para el año 1922, fue sacado durante la 'Gran Plaga' en Roma para invocar el fin de la peste que la asolaba, por lo que se considera 'milagroso'. Cuando el Crucifijo regresó a la iglesia de San Marcello la plaga había terminado y los romanos se habían salvado.