ISLAMABAD, PAKISTÁN.- La policía arrestó a un
empresario pakistaní y su esposa bajo sospecha de que mataron a golpes a su
empleada doméstica de 8 años cuando abrió la jaula para alimentar a los pericos de la pareja y estos salieron volando, informó el viernes un agente.
El hombre, que empleó a la niña por 3,000 rupias (unos 20 dólares) al mes, se enojó tanto que, con ayuda de su esposa, golpeó a la empleada después de que salieran volando los pericos el domingo, informó Ahmad Nawaz, jefe de la policía local en Rawalpindi.
El hombre, que la policía identificó como Hassan Sidiqui, llevó a la niña lesionada a un hospital, pero huyó cuando cayó en la cuenta que pudo haber muerto, agregó Nawaz.
“Este incidente trágico también nos impactó, pero todavía estamos investigando el caso”, dijo.
La muerte de la niña ha generado condena nacional en redes sociales, en donde ciudadanos, políticos y defensores de derechos humanos han exigido justicia para la víctima.
La ministra de derechos humanos de Pakistán, Shireen Mazari, dijo que ordenó una investigación sobre la muerte de la niña. Esta semana informó en Twitter que la pareja todavía está presa.
La pareja comparecerá el sábado ante un juez en una audiencia previa al juicio. Todavía no han sido acusados.
Los investigadores señalaron que esperan el informe de la autopsia y sospechan que también pudo haber sido agredida sexualmente.
Las leyes paquistaníes prohíben el trabajo de menores, pero muchos pakistaníes los emplean para trabajar en casa, fábricas y tiendas, y los funcionarios dicen que con frecuencia abusan de ellos. Un estimado de 12 millones de menores trabajan en Pakistán.
La niña de 8 años asesinada en Rawalpindi era de una aldea en la provincia sureña de Punjab. Sus padres se llevaron el cuerpo para su entierro.
Un grupo defensor de derechos humanos de Pakistán en su informe anual de este año reprobó al país y lo acusó de que hace muy poco para proteger a los más vulnerables, incluidos niños y mujeres.
En 2018, un tribunal pakistaní sentenció a un juez y su esposa a tres años en prisión por torturar a una empleada doméstica de 10 años en Islamabad. El caso fue muy reportado en la prensa local, pero los reportes de torturas a empleados domésticos han continuado. Los expertos dicen que los empleados domésticos rara vez reportan el abuso por temor a perder sus empleos.
El hombre, que empleó a la niña por 3,000 rupias (unos 20 dólares) al mes, se enojó tanto que, con ayuda de su esposa, golpeó a la empleada después de que salieran volando los pericos el domingo, informó Ahmad Nawaz, jefe de la policía local en Rawalpindi.
El hombre, que la policía identificó como Hassan Sidiqui, llevó a la niña lesionada a un hospital, pero huyó cuando cayó en la cuenta que pudo haber muerto, agregó Nawaz.
“Este incidente trágico también nos impactó, pero todavía estamos investigando el caso”, dijo.
La muerte de la niña ha generado condena nacional en redes sociales, en donde ciudadanos, políticos y defensores de derechos humanos han exigido justicia para la víctima.
La ministra de derechos humanos de Pakistán, Shireen Mazari, dijo que ordenó una investigación sobre la muerte de la niña. Esta semana informó en Twitter que la pareja todavía está presa.
La pareja comparecerá el sábado ante un juez en una audiencia previa al juicio. Todavía no han sido acusados.
Los investigadores señalaron que esperan el informe de la autopsia y sospechan que también pudo haber sido agredida sexualmente.
Las leyes paquistaníes prohíben el trabajo de menores, pero muchos pakistaníes los emplean para trabajar en casa, fábricas y tiendas, y los funcionarios dicen que con frecuencia abusan de ellos. Un estimado de 12 millones de menores trabajan en Pakistán.
La niña de 8 años asesinada en Rawalpindi era de una aldea en la provincia sureña de Punjab. Sus padres se llevaron el cuerpo para su entierro.
Un grupo defensor de derechos humanos de Pakistán en su informe anual de este año reprobó al país y lo acusó de que hace muy poco para proteger a los más vulnerables, incluidos niños y mujeres.
En 2018, un tribunal pakistaní sentenció a un juez y su esposa a tres años en prisión por torturar a una empleada doméstica de 10 años en Islamabad. El caso fue muy reportado en la prensa local, pero los reportes de torturas a empleados domésticos han continuado. Los expertos dicen que los empleados domésticos rara vez reportan el abuso por temor a perder sus empleos.