Blinken es un asesor de larga data de Biden, habla un francés fluido y es un devoto adepto de la cooperación internacional que ha prometido trabajar para reparar las maltrechas alianzas con los socios de Estados Unidos después de cuatro años de gobierno de Donald Trump.
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Con sus modales refinados y su elegante cabellera canosa, este abogado de 58 años, que prefiere que lo llamen 'Tony', está en las antípodas del estilo rudo que cultiva el actual secretario de Estado, Mike Pompeo.
'Es lo más amable, humilde y modesto que puede ser una persona', dijo Robert Malley, un amigo de la infancia de Blinken que ahora encabeza la consultora International Crisis Group. 'Todavía no he conocido a nadie que pueda contar un episodio de Tony teniendo un ataque de ira', recordó.
Sin embargo, Blinken, que fue el número dos del Departamento de Estado durante el gobierno del demócrata Barack Obama, durante el cual Biden fue vicepresidente, puede tener posturas diferentes a las de sus jefes, aunque finalmente prevalezca la lealtad.
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Como hijastro de un superviviente del Holocausto, Blinken ha abogado por las intervenciones humanitarias, frente a la postura más cautelosa de Biden sobre el uso de la fuerza mientras estuvo en el gobierno.
'Las superpotencias no van de farol', dijo Blinken, según reportes, mientras su gobierno deliberaba sobre una intervención en la guerra en Siria, un conflicto durante el cual Obama emitió varias advertencias, pero finalmente adoptó una postura muy limitada.
Durante una entrevista este año sobre las 'horrendas' pérdidas de vidas en Siria, Blinken dijo: 'El pasado gobierno tiene que reconocer que fallamos, y no por querer intentarlo, pero si fallamos'.
'Esto es algo que llevo conmigo hasta el final de mis días', dijo a la cadena CBS News.
- Unos años formativos en el extranjero -
La pasión de Blinken por impedir atrocidades se remite a la influencia de su padrastro, Samuel Pisar, nacido en Polonia y uno de los supervivientes del Holocausto más jóvenes que además perdió a toda su familia.
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Pisar se convirtió en un prominente abogado que trabajó incansablemente para una distensión de las tensiones entre Occidente y la extinta Unión Soviética y se mudó con su familia a París, donde Blinken estudió en la prestigiosa academia Jeannine Manuel.
Malley, que fue su compañero de clase, explicó que Blinken aprendió a entender el rol de Estados Unidos en el mundo como un joven estadounidense en París durante la época de la Guerra de Vietnam.
'Tony creía firmemente en sus valores y en su identidad como estadounidense pero estaba viviendo en un país extranjero y entonces estaba obligado a ver el mundo mediante los ojos de ese país extranjero, en un momento en que Estados Unidos no era el más popular', indicó.
El padre de Blinken es un conocido inversor y su madre, Judith Pisar, fue durante años la directora del Centro Estadounidense de París, un lugar que congregó a artistas y personalidades.
Su juventud en París también alimentó su pasión por la música y le permitió tocar jazz y descubrir el rock.
En Washington, Blinken formó parte de un banda tributo de The Beatles y aprovechó el tiempo libre durante la pandemia para componer sus propias canciones. En las entrevistas que concede desde su casa suele verse su guitarra como decoración de fondo.
Su alter ego musical ABlinken tenía sólo 57 seguidores mensuales el lunes en Spotify y sólo dos canciones publicadas, temas en los que destaca una guitarra al estilo de la década de 1970 y una potente voz de tenor.
- Un convencido del rol de EEUU -
Blinken estudió en la Universidad de Harvard, donde escribió sus impresiones sobre la fase cristiana de Bob Dylan, en las que afirmaba que 'no es lacayo de nadie y siempre canta por lo que cree'.
Después inició la carrera de derecho, se unió al Partido Demócrata y trabajó en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde coincidió con Biden.
En 2017, Blinken contó que su visión del mundo sigue muy marcada por la experiencia de su padrastro, que sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz y Dachau.
Durante una 'marcha de la muerte', su padrastro se escapó a la carrera sorteando los disparos de los alemanes. Después de dos días escondido en el bosque, Pisar escuchó el sonido de un tanque, que para su alivio no era alemán, sino estadounidense.
'Se puso de rodillas y pronunció las únicas palabras que conocía en inglés que le había enseñado su madre, 'Dios bendiga a Estados Unidos'', recordó Blinken. Un soldado lo levantó del suelo y lo llevó (figurativamente) hacia Estados Unidos y la libertad, indicó.
'Ese es el país en el cual crecí: un Estados Unidos que juega un rol extraordinario, único y acogedor', concluyó.