WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El gobierno de
Joe Biden se distanció este lunes de los crecientes llamados de los demócratas y otros para un cese al fuego inmediato entre
Israel y el grupo Hamas que gobierna Gaza, mientras los combates se extienden a una segunda semana, con más de
200 personas muertas, la mayoría de ellas en el lado
palestino.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, también bloqueó por tercera ocasión lo que habría sido una declaración unánime del Consejo de Seguridad de la ONU formado que expresaba “seria preocupación” por el conflicto cada vez más intenso entre Israel y los palestinos, y por la pérdida de vidas civiles.
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La negativa de Estados Unidos del lunes puso fin a la declaración del Consejo de Seguridad. Por lo menos por ahora.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijeron que Estados Unidos más bien se enfocaba en “diplomacia discreta e intensiva”.
A medida que el intercambio de misiles y cohetes entre Israel y Hamas alcanza su peor nivel desde el 2014 y aumenta la indignación internacional, el gobierno de Biden —determinado a alejar el foco de la política exterior estadounidense del Medio Oriente y Afganistán— hasta el momento se ha negado a criticar la participación de Israel en la lucha, a designar un enviado de alto nivel para la región o a presionar públicamente a Israel para que reduzca su operación militar en la densamente poblada Franja de Gaza, como sí lo han hecho algunos gobiernos estadounidenses pasados.
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Hasta el momento, las gestiones de otros países no han dado señales de progreso.
La respuesta moderada (al menos públicamente) del gobierno de Estados Unidos se ha dado pese a las peticiones de socios del Consejo de Seguridad, algunos demócratas y otras personas para que tanto Biden como otros líderes internacionales se involucren más para acabar con el peor brote de violencia entre Israel y los palestinos de los últimos años, y reanudar una conciliación desde hace mucho colapsada para lograr paz genuina en la región.
Desde Copenhague, en donde hacía una gira por países nórdicos no relacionada, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, indicaba otra participación estadounidense más discreta hasta el momento para intentar reducir las hostilidades en la Franja de Gaza e Israel, y dijo que haría más llamadas el lunes.
“En todos estos compromisos hemos dejado claro que estamos preparados para brindar nuestro apoyo para las partes e intervención si buscaran un cese al fuego”, dijo Blinken.
Agregó que recibía de buena gana los esfuerzos de la ONU, Egipto y otras naciones que trabajaban para un cese al fuego.
“Cualquier iniciativa diplomática que avance hacia esa posibilidad es lo que apoyaremos”, comentó. “Y de nuevo estamos dispuestos y preparados para hacer eso.
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Pero, a fin de cuentas, depende de las partes dejar claro que quieren llegar a un cese al fuego”.
Knickmeyer reportó desde Oklahoma City, Lee desde Copenhague y Lederer desde Nueva York. Los periodistas de Associated Press Jon Gambrell en Dubái y Lisa Mascaro en Washington contribuyeron a este despacho.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, también bloqueó por tercera ocasión lo que habría sido una declaración unánime del Consejo de Seguridad de la ONU formado que expresaba “seria preocupación” por el conflicto cada vez más intenso entre Israel y los palestinos, y por la pérdida de vidas civiles.
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La negativa de Estados Unidos del lunes puso fin a la declaración del Consejo de Seguridad. Por lo menos por ahora.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, dijeron que Estados Unidos más bien se enfocaba en “diplomacia discreta e intensiva”.
A medida que el intercambio de misiles y cohetes entre Israel y Hamas alcanza su peor nivel desde el 2014 y aumenta la indignación internacional, el gobierno de Biden —determinado a alejar el foco de la política exterior estadounidense del Medio Oriente y Afganistán— hasta el momento se ha negado a criticar la participación de Israel en la lucha, a designar un enviado de alto nivel para la región o a presionar públicamente a Israel para que reduzca su operación militar en la densamente poblada Franja de Gaza, como sí lo han hecho algunos gobiernos estadounidenses pasados.
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Hasta el momento, las gestiones de otros países no han dado señales de progreso.
La respuesta moderada (al menos públicamente) del gobierno de Estados Unidos se ha dado pese a las peticiones de socios del Consejo de Seguridad, algunos demócratas y otras personas para que tanto Biden como otros líderes internacionales se involucren más para acabar con el peor brote de violencia entre Israel y los palestinos de los últimos años, y reanudar una conciliación desde hace mucho colapsada para lograr paz genuina en la región.
Desde Copenhague, en donde hacía una gira por países nórdicos no relacionada, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, indicaba otra participación estadounidense más discreta hasta el momento para intentar reducir las hostilidades en la Franja de Gaza e Israel, y dijo que haría más llamadas el lunes.
“En todos estos compromisos hemos dejado claro que estamos preparados para brindar nuestro apoyo para las partes e intervención si buscaran un cese al fuego”, dijo Blinken.
Agregó que recibía de buena gana los esfuerzos de la ONU, Egipto y otras naciones que trabajaban para un cese al fuego.
“Cualquier iniciativa diplomática que avance hacia esa posibilidad es lo que apoyaremos”, comentó. “Y de nuevo estamos dispuestos y preparados para hacer eso.
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Pero, a fin de cuentas, depende de las partes dejar claro que quieren llegar a un cese al fuego”.
Knickmeyer reportó desde Oklahoma City, Lee desde Copenhague y Lederer desde Nueva York. Los periodistas de Associated Press Jon Gambrell en Dubái y Lisa Mascaro en Washington contribuyeron a este despacho.