La adolescente, que escapó de un hogar para menores con un niño de 12 años, fue operada en estado crítico y ya se encuentra estable en un hospital, informó Mike Chitwood, jefe de policía del condado de Volusia.
Esto fue “algo que nunca había visto en 35 años en la policía”, declaró el sheriff.
El centro para menores en Deltona informó que los dos jovencitos desaparecieron el martes por la noche. Reportó que el niño es diabético y que necesitaba insulina cada cuatro horas. La niña golpeó a un empleado con un palo antes de huir, según el reporte.
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Cuando los policías registraban el área alrededor de las 7:30 de la tarde, un transeúnte los vio y reportó haber escuchado vidrios rotos en una casa cercana.
Los agentes vieron a los menores dentro de la casa y se comunicaron con el dueño, quien dijo que la vivienda estaba sola. El propietario también alertó que en el interior había un fusil, un AK-47 y 200 municiones.
Los agentes rodearon la casa y comenzaron a hablar con los menores de edad. Las autoridades dijeron que los niños dispararon contra los agentes cuatro veces distintas durante unos 35 minutos. En un momento, dijo Chitwood, un agente se acercó lo suficiente a la casa para arrojar un teléfono celular adentro para tratar de hablar con ellos.
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“Estaban atravesando toda la casa y abriendo fuego contra los agentes desde diferentes ángulos”, dijo el sheriff. “Estaban en la terraza de la piscina, dispararon desde la ventana del dormitorio, dispararon desde la puerta del garaje. Eran como Bonnie y Clyde de 12 y 14 años”.
La niña finalmente salió del garaje con el fusil y apuntó a los agentes. En repetidas ocasiones le pidieron que soltara el arma, dijo Chitwood. La niña regresó al garaje. “Un segundo después regreso y ahí fue cuando los oficiales le dispararon”, relató Chitwood.
Mientras los agentes brindaban asistencia médica a la niña, el niño, que estaba armado con el AK-47, se rindió, según el comunicado.
“Los agentes hicieron todo lo que pudieron esta noche para reducir la escalada y casi pierden la vida con un niño de 12 y una niña de 14”, dijo el sheriff. “Si no fuera por su entrenamiento y su supervisión alguien habría terminado muerto”.
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