CORPUS CHRISTI, TEXAS.- El último deseo del hispano
John Henry Ramírez, antes de ser ejecutado tras haber sido condenado a muerte por un homicidio en 2004, ha sido negado por funcionarios de la prisión estatal.
La ejecución de Ramírez está programada para el 8 de septiembre y lo único que pidió fue que su pastor le impusiera las manos mientras moría.
La solicitud era que Dana Moore, pastor de la Segunda Iglesia Bautista, estuviera en la sala donde le podrían la inyección letal orando ya que él le ha estado atendiendo durante los últimos cinco años.
Ante la negativa de las autoridades, los abogados de Ramírez interpusieron una demanda en contra de oficiales del sistema de prisiones.
El hispano fue sentenciado tras ser hallado culpable del asesinato de Pablo Castro, de 45 años, durante un robo a una tienda de Corpus Christi, Texas, en 2004.
La ejecución de Ramírez está programada para el 8 de septiembre y lo único que pidió fue que su pastor le impusiera las manos mientras moría.
La solicitud era que Dana Moore, pastor de la Segunda Iglesia Bautista, estuviera en la sala donde le podrían la inyección letal orando ya que él le ha estado atendiendo durante los últimos cinco años.
Ante la negativa de las autoridades, los abogados de Ramírez interpusieron una demanda en contra de oficiales del sistema de prisiones.
El hispano fue sentenciado tras ser hallado culpable del asesinato de Pablo Castro, de 45 años, durante un robo a una tienda de Corpus Christi, Texas, en 2004.