“Simplemente se te sale de la lengua, ¿no?”, dijo Trevor Hoppe, un investigador de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro que ha estudiado la historia de los nombres de las enfermedades.
Al virus le asignaron 2019 nCov, que quiere decir 2019 novel coronavirus, o novel coronavirus 2019.
Los científicos aún están aprendiendo del nuevo virus, así que es difícil tener un buen nombre, dijo Hoppe. El actual probablemente sea temporal, dijo la doctora Nancy Messonnier de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
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“Una vez que la gente tenga la oportunidad de recuperar el aliento, podrían cambiarlo”, dijo Messonnier.
Muchos medios han esquivado el engorroso 2019 nCoV y sólo lo llaman el nuevo virus o nuevo coronavirus, que no es muy específico. El coronavirus es un término general para un gran grupo de virus, incluido el que provoca el resfriado común.
Ya que el foco del brote es la ciudad Wuhan, en el centro de China, otros lo han llamado el virus de Wuhan, coronavirus de Wuhan o incluso influenza de Wuhan, aunque el virus de la influenza es otro totalmente diferente.
Esto último es congruente con la tradición centenaria de nombrar a las nuevas enfermedades como las ciudades, países o regiones del mundo en donde surgieron. El Nilo occidental primero fue detectado en el distrito de Nilo occidental de Uganda; la enfermedad de Lyme en Old Lyme, Connecticut; y ébola en una aldea cerca del río Ébola de África.
Sin embargo, eso a veces puede ser erróneo o engañoso. La pandemia de 1918 fue llamada la gripe española, aunque los investigadores no creen que realmente empezara en España.
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“Ahora tenemos una sensibilidad y tolerancia muy diferente en cuanto a cómo referirnos a las cosas”, dijo el doctor Howard Markel, historiador médico en la Universidad de Michigan.
En 2015, la Organización Mundial de la Salud emitió normas que desalentaron el uso de ubicaciones geográficas (como el virus del zika), animales (la gripe porcina) o grupos de personas (la enfermedad del legionario).
Hoppe señaló que, cuando surgió el sida a principios de la década de 1980, fue llamado la “inmunodeficiencia relacionada con la homosexualidad”. Eso se descartó conforme se volvía evidente que los heterosexuales también propagaban el virus. Sida significa síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Con las normas, la OMS intentaba acabar con el estigma innecesario que podría aislar a personas y dañar negocios. La demanda del cerdo se desplomó en 2009 con la llamada gripe porcina, primero detectada en un niño que vivía en una granja porcina en México, aunque no se propagaba por comer cerdo.
Markel dijo que le gustaba cuando las enfermedades recibían el nombre de los científicos que las describieron por primera vez, como Alzheimer, Parkinson y Tourette. Esa práctica alguna vez fue común, pero podría ser problemático en la actualidad cuando muchos científicos de todo el mundo trabajan en un nuevo padecimiento al mismo tiempo.
En cuanto al nuevo virus, “puedo entender por qué quieren darle un nombre genérico, pero tiene que ser algo que la gente use”, dijo. “De otra forma, el nombre más fácil se quedará y es ingenuo pensar otra cosa”.
Al final, la OMS podría tener poco control sobre cómo se llama, agregó.
“Virus de Wuhan es muy pegajoso, sin doble sentido”, dijo Markel. “Es un nombre muy contagioso”.
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