WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El presidente estadounidense, Joe Biden, descartó abandonar la carrera por la Casa Blanca y achacó su pésimo desempeño en el debate contra Donald Trump a que “estaba agotado” por un resfriado, según el primer fragmento de una entrevista televisada.
“Estaba enfermo, me sentía fatal”, declaró a la cadena ABC el presidente, en plena lucha por su supervivencia política desde ese debate contra su predecesor republicano de 78 años, durante el cual se mostró muy confundido y a veces incluso divagó.
El presidente de 81 años fue incapaz de decirle al periodista George Stephanopoulos si, después del debate, había visto los 90 minutos de enfrentamiento con su rival republicano que sumieron su candidatura en el caos. “Creo que no”, contestó.
La entrevista del viernes, retransmitida íntegramente a las 00H00 GMT, es crucial para Joe Biden, que no consigue acallar la incertidumbre sobre su agilidad mental.
Soy candidato
Un tropiezo haría que su candidatura a un segundo mandato penda de un hilo pero salir airoso tampoco le garantiza un camino de rosas.
En el primer fragmento el demócrata parecía mucho menos enérgico que durante un mitin pronunciado con teleprónter (apuntador óptico para seguir un discurso en una pantalla) poco antes de grabar la entrevista en Madison, en el estado de Wisconsin (norte).
“Soy candidato y voy a ganar de nuevo”, dijo en el mitin, combativo y determinado.
“Déjenme decir esto tan claramente como pueda: sigo en la carrera. Derrotaré a Donald Trump” en las elecciones de noviembre, insistió ante un millar de seguidores, según su equipo de campaña.
“¿Creen que soy demasiado viejo para vencer a Donald Trump?”, preguntó, a lo que el público respondió con un rotundo “¡No!”.
Voces críticas
El demócrata, que abandonó el escenario al son de una canción cuyo título es “No daré marcha atrás”, también destacó las meteduras de pata de su rival, cuya edad y agudeza mental despiertan menos preocupación entre la opinión pública.
Detrás de él, entre el público, un espectador llevaba un cartel que decía: “Pasa el testigo, Joe”.
El candidato demócrata aún tiene mucho trabajo por delante para borrar la desastrosa impresión que dejó su debate con Trump, cuyas repercusiones inmediatas no supo gestionar.
Como consecuencia, ha aumentado la preocupación dentro del partido por su aptitud mental.
Un puñado de congresistas demócratas ya ha pedido que tire la toalla.
Los demócratas “necesitan” un candidato capaz de vencer a Donald Trump, opinó el congresista Brad Sherman en la red social X.
“En los próximos días le exhorto a que escuche al pueblo estadounidense y evalúe cuidadosamente si sigue siendo nuestra mejor esperanza para derrotar a Donald Trump”, escribió la gobernadora de Massachusetts Maura Healey en un comunicado, dos días después de que Biden se reuniera con un grupo de gobernadores.
Su equipo de campaña redobla esfuerzos. El viernes publicó un intenso plan de batalla para el mes de julio, que incluye un bombardeo de anuncios televisivos, visitas a todos los estados clave, especialmente en el suroeste del país durante la convención republicana, del 15 al 18 de julio.
Biden también será el anfitrión de una cumbre de líderes de la OTAN la próxima semana y aprovechará para dar una rueda de prensa, que será escrutada con lupa. Lo dará el jueves, informó un funcionario estadounidense que pidió mantener el anonimato.